Rosa es jubilada y le ofrecieron una supuesta promoción de Netflix. Pero mientras le hablaban por teléfono le pidieron una serie de datos y la terminaron estafando. Le robaron todo el dinero que tenía en la cuenta. Hasta un préstamo que había pedido en Anses para arreglar su casa.
Se dio cuenta recién al día siguiente, cuando quiso comprar unos medicamentos en la farmacia y el vendedor le dijo que su cuenta no tenía fondos.
Rosa no entendía nada. Hasta que, un rato más tarde, fue al banco y entendió todo. Tanto que se descompuso y tuvieron que llamar a una ambulancia.
Habían accedido a sus cuentas y le habían robado hasta el último centavo. Casi tres millones de pesos.
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