La Fórmula 1 representa el más alto nivel del automovilismo mundial y donde los pilotos argentinos tienen un importante historial. El arrecifeño José Froilán González, fue el primer piloto en otorgarle un triunfo en F1 a la escudería Ferrari el 14 de julio de 1951 convirtiéndose en un ídolo para los fanáticos del “Cavallino Rampante”. Ese mismo año Juan Manuel Fangio se consagró campeón abriendo paso a una década donde el piloto de Balcarce logró 5 títulos mundiales, para transformarse en uno de los mejores pilotos de la historia. Carlos Reutemann, Norberto Fontana, Estaban Tuero también forman parte de la lista de los 25 pilotos nacionales que llegaron a la máxima categoría. El último en competir fue Gastón Mazzacane, que entre el 2000 y el 2001 participó de 21 grandes premios mundiales de la F1. Cuando Mazzacane dejo la Formula 1, faltaban aun 3 años para que naciera quien hoy encara el sueño de que la bandera argentina vuelva a lo más alto del automovilismo mundial.
Franco Colapinto, tiene 19 años, su papá era auspiciante de corredores de TC y desde muy chico siempre lo acompañó a las carreras. Allí conoció a los pilotos que lo impulsaron a correr en karting. Con tan solo 14 años se mudó solo a vivir a Italia para perseguir el sueño de llegar a la Fórmula 1. Es que para alcanzar ese objetivo, el camino se vuelve más posible si el piloto hace su carrera desde chico en Europa. Cuando llegó no conocía a nadie ni hablaba el idioma, en su colegio de Buenos Aires le habían permitido continuar el año por videollamada, ya que no sabía cuánto iba a durar su estadía en el viejo continente. “Fui por una carrera, no sabía cuántas iba a poder correr” cuenta. Su primera carrera fue en Monza y en su primer carrera logró una victoria que le permitió quedarse a completar la temporada y afianzar el camino que hoy lo tiene a pasos de la F1.
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