Portada  |  07 mayo 2024

Historias únicas: "Aunque suene horrible, tuve que proponerme amar a mi hijo"

Gabriela tenía una familia perfecta hasta que la llegada de su hijo le cambió la vida.

Informes Especiales

Gabriela tenía una familia perfecta, un marido, una hija, solo le faltaba un hijo varón para completarla. Es así como empezaron a buscar a ese bebé, se iba a llamar Luca.

Cuando nació el obstetra le dijo que tenía los ojos rasgados como ella y se lo llevaron a hacerse los controles de rutina.

El tiempo pasó y Luca no volvía a la habitación, de repente un médico se acercó para decirles que ese bebé que tanto habían deseado tenía síndrome de down. No era el hijo que Gabriela había pensado, no era lo que ella quería. No sabía si iba a poder.

Hasta fantaseo con la idea de darlo en adopción, seguramente habría muchas mujeres que lo querrían así.

Luca fue creciendo, ella lo miraba todo el tiempo, como una mamá mira a su bebé recién nacido, quería confirmar que tenía síndrome.

Siempre fue muy responsable, hizo todas las terapias y estimulaciones que necesitaba, pero no disfrutaba de esa maternidad, cumplía con lo que se esperaba de ella, sin más.

El tiempo pasaba, la idea de huir y desaparecer seguía firme, Gabriela no lo había elegido. Todavía estaba muy enojada.

Pero el síndrome se fue corriendo, ese chico seductor, canchero y sociable que ella había soñado, había empezado a aparecer. Ahora seguían los miedos, acompañarlo en su crecimiento, que sufriera bulliyng o lo tomaran de punto.

Luca hoy tiene 23 años, terminó el secundario y está empezando una nueva etapa. Gabriela quiere que él sea independiente, que se enamore profundamente y que sea consciente de sus logros. El síndrome siempre va a estar y convivir con el se hace duro, muchas veces agotador, pero siguen construyendo este camino.

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