Portada  |  04 junio 2024

Historias Únicas: Mariela y la increíble carrera que terminó ganando la vida

A Mariela iban a quitarle el útero... Hasta que supo que estaba embarazada. Lo que siguió fue una carrera a contrarreloj para vivir.

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Mariela empezó a tener dolores en el útero durante muchos años de su vida, allá por el año 2009 fue la primera vez que la operaron, en la cirugía extrajeron 6 miomas. El médico le dijo que si quería ser madre tenía que apurarse porque iban a volver a crecer.

Mariela y Walter no dudaron, si bien no tenían la idea de ser padres en ese preciso momento era un plan a futuro, aceleraron los tiempos y empezaron a intentar. Los meses pasaron y no había resultados, entonces les aconsejaron hacer tratamientos de fertilidad.

Fueron a una clínica donde le aseguraron que de ahí salía embarazada, que la imposibilidad estaba en su cabeza y que cuando se relaje iba a suceder. En la primera transferencia los nervios y la ansiedad eran la única sensación que Mariela podía describir. Después de eso no se movió durante varios días, pero el resultado fue negativo.

En el segundo intento se dieron cuenta que el endometrio no crecía, le hicieron una biopsia para buscar las causas, pero no salió como esperaba. Ella asegura que hicieron una “carnicería” con su cuerpo, en un consultorio sin anestesia y sin la higiene necesaria. Aun así siguió adelante y en el tercer intento quedó embarazada.

Pasaron algunas semanas, pero empezó con pérdidas y todo se complicó. Terminó perdiéndolo.

Cansada de poner el cuerpo, de exponerse a tantas prácticas médicas y agotada, Mariela dijo hasta acá. Fue la primera vez que no quiso más.

Pasó el tiempo, hasta que su cuñada queda embarazada y le recomienda ver a su obstetra, en la primera consulta le dice que se haga una serie de estudios y que iban a empezar de cero. Con los resultados en mano, se da cuenta que las paredes del útero se habían pegado en la cirugía que le habían hecho en 2009, estaba todo lleno de telitas que cruzaban, asegura, ningún bebé podía crecer ahí. Había que operar.

Mariela entró en el quirófano una vez más. A los cinco meses quedó embarazada de manera natural, nació Nina, que hoy tiene 8 años.

Pasaron los años y Mariela volvió a sufrir los mismos dolores que antes, volvieron las pérdidas, las contracciones y los malestares continuos. La respuesta de su médico fue clave, había que sacarlo, tenía que cuidar su salud.

Era muy triste para ella pensar en la posibilidad de no poder volver a tener hijos, lloró mucho, pero lo aceptó. Le dieron la orden para el prequirúrgico y cuando estaba pidiendo los turnos se dio cuenta que tenía un atraso. Para sorpresa de todos y en la última posibilidad que tenía, quedó embarazada.

Desde el día dos tuvo pérdidas, pero había que llegar a término. Tuvo muchas internaciones hasta que en el sexto mes de gestación, quedó internada y no salió más.

Fueron semanas muy duras, en soledad, con pocas visitas, porque era época de pandemia, y muchos dolores. Un día, se despertó en un charco de sangre, algo no andaba bien. Los médicos decidieron que Anna iba a nacer en ese momento.

Mariela estaba muy medicada para tolerar los dolores. Después de escuchar el llanto de Anna, recuerda que su médico le dijo “hay que sacarlo” y con esas palabras se despidió de su útero, agradecida por haber tenido dos hijas a pesar de todo el sufrimiento que padeció

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