David se crió en una iglesia, su papá era sacristán y su mamá catequista, toda su vida vivió en la Parroquia San Jorge. Cuando terminó el colegio empezó a estudiar veterinaria, hasta que un día volviendo de la facultad le dice a una amiga que quería ser cura y desde ese momento se empezó a preparar.
Durante un año hizo una preparación para saber que eso era lo que quería y entró al seminario, pasaron 8 años hasta que se ordenó sacerdote.
Cinco años pasaron hasta que de repente David se empezó a sentir solo, los domingos a la tarde eran duros para la vida que llevaba, se había dado cuenta que le faltaba algo, una familia, hijos.
David sentía que era feliz, pero no estaba pleno y ahí tomó la decisión, si quería hijos tenía que alejarse de la iglesia.
A los 32 años tuvo que buscar un trabajo y también quería encontrar un amor, por eso entró a un chat para conocer chicas, apareció Andrea, charlaron, se enviaron mails, hasta que un día se conocieron y se enamoraron.
Andrea y David se fueron a vivir juntos y empezaron a pensar en la idea de formar una familia, pero había un detalle, ella había tenido endometriosis y las posibilidades de ser madre eran muy pocas.
David y Andrea fueron caminando a Luján, un mes después, Andrea tuvo que hacerse una ecografía de control y para su sorpresa había un bebé creciendo en su útero, a los 9 meses nació Tobías. David no lo podía creer, estaban muy felices, pero su familia iba a seguir creciendo. Matías y Milagros llegaron al tiempo para completar ese sueño que habían tenido juntos.
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