Javier Fernández es tornero metalúrgico y desde adolescente trabaja en la misma empresa. Entró en 1992, es el único trabajo estable que tuvo en sus 46 años.
Trabaja en la empresa 9 horas parado frente al torno para darle forma a piezas, aros de motores de camiones y de motores de barco.
Con su empleo sostiene a su familia y a una hermana con síndrome de Down.
Realiza un oficio que no muchas personas saben hacer, por lo que es difícil para la empresa encontrar personal calificado en esa posición.
Comentarios