Son abuelas que cumplen la función de madres. Por una u otra razón, sus nietos no pueden ser cuidados por sus padres. Por eso es que las abuelas toman cartas en el asunto, y se hacen cargo.
El amor es doble, porque se suma el amor de madre y el de abuela. Se encariñan tanto con sus nietos que no conciben la posibilidad de vivir sin ellos. Llegan a quererlos más que sus propios hijos, y los chicos perciben mucho esa devoción. Les agradecen a sus abuelos de distintas maneras: a través de dibujos, cartas, abrazos y hasta diciéndoles “mamá”.
Celia vive con sus dos nietas. Su hija tiene Esquizofrenia, y se juntó con una pareja que ha ejercido la violencia en repetidas ocasiones. Sin dudarlo, Celia pidió en el juzgado hacerse cargo de las dos nenas, y lo logró. Las busca al colegio, juega con ellas, intenta enseñarles todo lo que está a su alcance, son su debilidad.
Silvia crió a sus dos nietos desde que su hija desapareció hace más de 10 años. La acompañó a una parada de colectivo y nunca más pudo encontrarla. Habiendo iniciado una causa judicial para investigar el caso, decidió cuidar a sus nietos en su casa. Sabe que no va a poder llenar la falta que tienen los dos adolescentes, pero intenta brindarles todo el amor posible para suavizar la ausencia maternal.
Sara vive con Morena, su nieta de 7 años. Su hijo no podía cuidarla, tampoco su nuera. Fueron padres muy jóvenes, y habían problemas de adicciones. Por eso mismo, Sara pidió en el juzgado de menores tomar la tutela de Morena, y eso le cambió la vida. Es su perdición, no se imagina una vida sin ella.
Pero no hay solamente de madres-abuelas, sino también padres-abuelos. Te presentamos a Roberto, un abuelo que acobijó a sus tres nietos. Su hija comenzó una relación con una nueva pareja y decidió que no quería ni podía cuidar a sus hijos. Roberto, aunque carece de bienestar económico, los crió en su humilde hogar.
Comentarios