Portada  |  20 septiembre 2024

Mudarse para no cerrar: las historias de Carla y Cacho

En medio de un contexto donde las ventas no paran de caer, muchos comerciantes deciden mudarse antes que bajar la persiana.

Informes Especiales

La suba de los alquileres puso en jaque a muchos comerciantes. Y, para no cerrar, a algunos no les quedó más alternativa que mudarse a otro local. Pero el precio es muy alto: perder a los clientes que tanto costó conseguir.

Es lo que le ocurrió a Carla. Tuvo cuatro años un local de ropa en Martínez hasta que hace dos meses el alquiler se le multiplicó por siete.

"No me quedó otra opción que irme. Todo lo que ganaba lo iba a gastar en el alquiler", se lamenta.

Se mudó a un local en Francisco Álvarez, partido de Moreno. El valor es la mitad del de Martínez, pero perdió a todas las clientas.

A Cacho, quien hace 33 años tiene una agencia de lotería en Villa Crespo, le sucedió algo parecido.

Estaba sobre la avenida Corrientes, pero hace unos meses el alquiler le aumentó a más del doble y no pudo más.

Se tuvo que mudar a un local del barrio, pero en medio de una calle por la que la cantidad de gente que transita es ínfima comparada con la que transita por Corrientes.

"Pago menos alquiler, pero facturo la mitad", se resigna.

Así, en medio de un contexto donde las ventas no paran de caer, el alquiler, para muchos, es el tiro de gracia. Directamente tienen que bajar la persiana.

Otros, como Carla y Cacho, por ahora sobreviven, pero a costa de perder todo lo sembrado durante muchos años. Es tener que volver a empezar.

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