Que Brasil está barato. Que en la Costa hay ofertas. Que se puede alquilar una quinta entre varios. Hay varias opciones para pasar el verano, pero para muchos la difícil situación económica les deja una sola: pagar una pileta y por el día.
Es lo que lo sucede a Yoana. El verano pasado se fue diez días a Las Toninas. Este año con su sueldo de docente le fue imposible. Cambió la playa por un día de pileta en el complejo Namuncurá.
“Gasté 22 mil pesos con mi hija, cuando por el alquiler en la Costa me salía 100 por día”, cuenta.
Una historia parecida es la de Luis. Es jubilado y durante los veranos solía pasar unos días en las sierras o en el mar.
Esta vez el presupuesto le alcanzó para un día de pileta con su hija. “Vivimos cerca y además ya nos traemos unos sandwiches de casa, el mate, bizcochitos y listo”, explica sin dramatismo.
Más difícil le resultó a Marina explicarle a su hija de 9 años que este verano no se podrían ir a la Costa de vacaciones.
“Me dijo que ella tiene cuatro mil pesos ahorrados”, se ríe.
Le tuvo que explicar que no había caso, por más que ella colaborara con sus ahorros.
Así que esta vez el programa fue a la medida de bolsillos cada vez más flacos: pileta y por un día.
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