Maite y Lucas son hijos de Claudia Salgan, quien el 8 de julio de 2015 fue golpeada y apuñalada con un destornillador por quien era su marido y padre de sus hijos, Marcelo Núñez, un empleado metalúrgico y practicante de artes marciales.
Sofía es hija de Cristina “Beba” Rodríguez y de Hugo Ibarra, a quien ella ya no llama papá porque le robó a su madre, la asesinó a sangre fría de un disparo en la cabeza durante la fiesta de 15 de una nieta. Desde ese 18 de mayo de 2019, Sofía ya no es la misma y ya nunca lo será, ya no considera persona a su padre, lo llama Hugo, nunca más "papá".
A estos tres jóvenes los une una misma desgracia, pero a pesar de que sus papás asesinaron a sus mamás, ellos lograron seguir adelante, debieron reordenar sus vidas en función del eterno trauma de saberse hijos de un padre asesino.
Maite, Lucas y Sofia son huérfanos del femicidio porque por el asesinato de sus mamás se quedaron sin nada, se vieron obligados a andar solos y desde lo profundo de esa vivencia, nos entregan sus testimonios para que otros hijos se sientan menos desamparados y encuentren sus caminos, a pesar de sus padres femicidas.
Tanto Marcelo Núñez como Hugo Ibarra fueron condenados a cadena perpetua.
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