Se trata de mujeres que purgan sus culpas con la sociedad en sus casas. Tienen una tobillera. En general son mujeres solas con varios hijos. Salen de la cárcel y se dan cuenta que no tienen para darles de comer, para llevarlos a la escuela y no pueden llevarlos darles las vacunas porque respetan el acuerdo con la Justicia para expiar sus delitos.
Buscan un trabajo que puedan hacer desde sus casas. Un grupo de mujeres organizadas de la comunidad las ayudan con alimentos, les llevan los chicos a la escuela, también a darles las vacunas. Son mujeres que pertenecen a un programa del Ministerios de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, cuyo objetivo es trabajar para que las mujeres puedan cuidar, educar, y trabajar mientras están con prisión domiciliaria y no vuelvan a reincidir.
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