Hace unos años, la aparición de las aplicaciones de citas fue todo un boom. Era la ilusión de tener al alcance de la mano la posibilidad de conectar con una potencial pareja. Pero como todo fenómeno tuvo su declive. Detrás de algo que parecía práctico y sencillo, para muchos apareció la frustración. Tanto que cada vez son más los que las abandonan y vuelven a lo tradicional: los encuentros sociales.
Florencia, de 40 años, es un ejemplo. Probó como siete aplicaciones de citas. Al principio disfrutó la experiencia. El tema es que con el tiempo se dio cuenta de que no lograba pasar de relaciones superficiales y efímeras.
“Llegó un día en que no lo soporté más y las di de baja. Ahora estoy probando con salir con amigas y conocer a alguien cara a cara”, cuenta.
Lo mismo le ocurrió a Juan, de 32 años. Hace unos años se instaló una aplicación, pero se cansó de chats “eternos” que no conducían a nada. Y, además, la incertidumbre de saber qué tan real era lo que contaba la otra persona.
Por eso decidió desinstalarla. “Me saqué una mochila de encima”, admite. Lo cambió por empezar a salir bailar y probar con los encuentros presenciales. “Una charla de quince minutos vale más que días de chat”, asegura.
Agustina fue incluso más lejos. Harta de años de apostar a las aplicaciones y no tener éxito, decidió crear un grupo para que la gente se encuentre. Todos los domingos hace la convocatoria #domingosdematch a través de Tik Tok. Ya se formaron varias parejas.
Ella, por su parte, sigue en la búsqueda. Pero más liviana. Sin la angustia que le producían los encuentros virtuales.
Agradecimiento:
@florperezcalderon
@agus__rivarola
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