olía ser el rey de las fiestas, pero hace ya tiempo que el príncipe Harry, de 33 años, está mucho más tranquilo.
Desde la adolescencia llamó la atención por sus borracheras y sus amoríos. La mayor polémica tuvo lugar en 2005, cuando apareció disfrazado en una fiesta con un brazalete con una esvástica. "Harry the Nazi" (Harry el nazi), tituló el periódico "The Sun".
En el elitista internado de Eton acumulaba malas notas, pero el temerario príncipe creía que su futuro era convertirse en una estrella del polo. Por su éxito entre las chicas se le conocía como el "Robbie Williams de la realeza".
Este sábado Harry pasó por el altar y no ha tenido en cuenta las convenciones sociales para escoger a su esposa. Meghan Markle es estadounidense, de madre negra, actriz y separada.
Pese a la mala fama que acumuló durante su pubertad, Henry Charles Albert David Mountbatten-Windsor -según su nombre completo- es sensible y vulnerable. Lo demostró el año pasado, cuando estaba a punto de cumplirse el 20 aniversario de la muerte de su madre, Diana, que falleció en un accidente de tráfico en París. Dos décadas después, Harry habló de los problemas psicológicos que tuvo tras esa pérdida.
"Escondí la cabeza y me negué a pensar en mi madre", confesó el príncipe, que tenía 12 años cuando murió Lady Di. Aquella reacción afectó a su vida privada y a su trabajo, sufrió ansiedad y en varias ocasiones estuvo al borde del colapso. Sólo con 28 años buscó ayuda psicológica y trabajó su nivel de agresividad gracias al boxeo.
Uno de sus principales apoyos en los momentos difíciles siempre fue su hermano mayor, el príncipe William. Ambos se llevan bien y siguen bromeando en público el uno sobre el otro. William, de 35 años, será este sábado su padrino de boda, como también lo fue Harry en la boda de su hermano y Catalina en 2011.
Sirvió durante diez años en el Ejército, donde se formó como piloto de helicóptero, estuvo dos veces de misión en Afganistán y llegó a ser capitán antes de terminar su carrera en las Fuerzas Armadas, en 2015.
En los últimos años, el príncipe comenzó a trabajar para entidades benéficas como lo hacía su madre. Aquí, durante una visita a África.
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