Portada  |  09 septiembre 2020

Cómo son las vacunas chinas contra el coronavirus: sin efectos secundarios y 3 años de inmunidad

El Gobierno de ese país planea distribuirlas a fines del 2020.

Internacionales

Sin efectos secundarios, con inmunidad de hasta tres años y disponible a finales de este 2020. Según un responsable de una firma de biotecnología china citado por el diario La Vanguardia, así son las dos vacunas experimentales contra la Covid-19 que han ensayado hasta la fecha en “cientos de miles” de chinos, de los que ni uno solo de ellos se habría contagiado con el virus.

Los proyectos en cuestión pertenecen al Grupo Nacional de Biotecnología de China (CNBG), una filial de Sinopharm que desarrolla dos de las cuatro vacunas chinas que actualmente están en la fase 3 de pruebas clínicas.

Cómo anotarse para probar la vacuna china en Argentina

Los dos principales laboratorios participan en una feria en Pekín para empezar a captar posibles clientes

De acuerdo con uno de sus directivos, Zhou Song, sus inyecciones son las más empleadas por un programa autorizado por Pekín a finales de julio para permitir el uso de vacunas de emergencia todavía no aprobadas en grupos de alto riesgo, tales como sanitarios, agentes fronterizos, tripulantes de vuelo o empleados que desarrollen su labor en el extranjero.

“Se ha vacunado a cientos de miles [de personas] y ninguno ha mostrado ningún efecto adverso evidente ni se ha contagiado”, aseguró Zhou durante una entrevista con la emisora estatal Radio Nacional.

La compañía, que está experimentando las pruebas de la fase tres en países como Marruecos, Jordania, Bahréin, Perú o Argentina, parece tener grandes expectativas de futuro. Así lo demuestra la construcción de dos nuevos centros en las urbes de Pekín y Wuhan –donde el virus apareció por primera vez–, con los que pretende ampliar su capacidad de producción anual del posible antídoto de los 220 millones de dosis actuales hasta los entre 800 y 1.000 millones.

Por su parte, las otras dos posibles vacunas chinas también parecen avanzar a buen ritmo, y esperan que la aprobación para su comercialización llegue pronto. Una de ellas, Sinovac, sigue desarrollando las pruebas de la fase tres en Brasil e Indonesia, mientras que ha completado la construcción de una fábrica capaz de producir 300 millones de dosis al año, y afirma que su antídoto es apto para ancianos.

La cuarta en liza, obra de la firma CanSino y la Academia Militar de Medicina, asegura que su remedio protege contra todas las mutaciones del coronavirus, y en verano recibió autorización para participar en un plan de vacunación con personal del ejército.

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