Un bebé recién nacido tiene suerte de estar vivo después de que tuvo tres paros cardíacos con solo 17 días de vida cuando una sola gota de leche entró en sus pulmones.
El pequeño Bertie Spencer se atragantó con su botella e inhaló el líquido, pero su madre Tonicha, de 23 años, no pensó en eso hasta que comenzó a ponerse azul media hora después.
El bebé de 17 días fue trasladado de urgencia al hospital el 21 de julio, donde sufrió tres paros cardíacos, y se les dijo a la mamá Tonicha y al papá, David, de 25, que se despidieran.
El líquido en sus pulmones le había impedido respirar adecuadamente, le privaba de oxígeno y hacía que su corazón dejara de bombear.
"Los médicos no dejan de decirme que Bertie es un milagro y no pueden creer que lo haya hecho tan bien, pero todo depende de los médicos y enfermeras que lo salvaron. Les debo mi vida, porque ellos salvaron la suya", cerró la mujer.
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