El rescate de 12 niños y su entrenador de fútbol en la cueva de Tham Luang, al norte de Tailandia, concitó la expectación mundial durante 10 días de búsqueda y otras 72 horas de operaciones de evacuación.
Uno de las grandes complicaciones del rescate eran las dificultades geológicas del lugar y las malas condiciones atmosféricas que convirtieron el operativo en toda una travesía.
Durante el operativo, se anunció que todos los menores de edad miembros del equipo Jabalíes Salvajes saldrían buceando de la caverna. Sin embargo, todo esto formó parte de una gran mentira.
Según reveló el libro The Cave del británico Liam Cochrane, la muerte de un rescatista tailandés de 37 años había significado una gran advertencia sobre las reales condiciones del operativo.
Por esta razón, se decidió que los niños debían ser sedados a la hora de sacarlos del lugar. Ante el posible rechazo de los familiares, decidieron mentirles con la versión de que bucearían acompañados de un profesional adelante y otro atrás.
Según reporta Daily Mail, tras probar la fórmula con tres jóvenes y ver que funcionaba a la perfección, decidieron continuar con la mentira. El médico anestesiólogo, Richard Harris, relata en la obra que "pensé que había cero posibilidades de éxito".
Los jóvenes fueron sedados con un cóctel de pastillas alprazolam, ketamina y atropina, que también les reducían la cantidad de saliva en la boca y evitar que se ahogaran. Además, les pegaron con silicona las mangueras de oxígeno a la boca.
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