Gran cantidad de personas llegan en forma periódica al jardín de una propiedad en Otsuchi (Japón), donde un el dueño construyó una cabina telefónica para hablar con los seres queridos perdidos.
"El teléfono del viento" lo bautizó Itaru Sasaki al colocar el dispositivo en una colina a unos 500 kilómetros de Tokio.
El hombre decidió colocar ese teléfono meses antes de que Japón fuera sacudido por el devastador terremoto y el posterior tsunami que el 11 de marzo de 2011 le costó la vida a miles de personas.
Sasaki comenzó a usar la cabina, que no conectada a ninguna red telefónica, luego de perder a su primo a raíz de un cáncer.
Tras conocerse la existencia del "teléfono del viento", numerosas personas comenzaron a llegar al lugar para hablar con sus seres queridos que ya están muertos.
"Hay muchas personas que no pudieron despedirse. Hay familias que desearían haber dicho algo al final, si hubieran sabido que no volverían a hablar", sostuvo Sasaki.
En ese sentido, por ejemplo, el sobreviviente del tsunami Kazuyoshi Sasaki marcó el número de teléfono de su difunta esposa Miwako. "Te envié un mensaje diciéndote dónde estaba yo, pero no lo revisaste", expresó.
Por su parte, Sachiko Okawa (76 años) visita con regularidad la cabina para llamar a Toichiro, con quien estuvo casada durante 44 años antes de que falleciera.
Según la mujer, a veces siente que puede escuchar al otro lado de la línea la voz del que fuera su marido y eso la hace sentirse "un poco mejor".
Ahora Sachiko trae a sus dos nietos al lugar para que también puedan hablar con su abuelo.
La conmovedora historia también inspiró la creación de la película 'Kaze no denwa' ("El telefono del viento").
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