Los restos de un joven que vivió entre los años 1030-1200 aparecieron debajo de un árbol arrancado de cuajo por los fuertes vientos cerca de una playa en la localidad de Collooney, en Irlanda.
Los arqueólogos que estudiaron los despojos creen que murió probablemente por causa violenta, ya que sus huesos presentan señales de heridas y fue enterrado de manera cristiana, informó el diario Irish Mirror.
Las raíces del árbol, que tiene alrededor de 215 años, dañaron fuertemente los restos, levantando hacia la superficie la parte superior del esqueleto.
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