Sahar Dofdaa tenía poco más de un mes de vida cuando llegó al hospital de Hamouria, al este de Damasco, con 900 gramos y un estado de gravedad absoluta La mamá de la pequeña no pudo darle el pecho a su hija por desnutrición y en el último momento, en la desesperación, buscó ayuda. Pero fue demasiado tarde: Sahar, de sólo 34 días, murió al día siguiente.
Un fotoperiodista de la agencia AFP captó el momento en que una enfermera colocó en una balanza a la pequeña, en avanzado estado de desnutrición. La foto es tan cruda como la crisis que asedia a Siria. Guta, donde vivía la bebé, es una de las regiones que se mantienen bajo control opositor y muestra las graves consecuencias de la guerra que se mantiene desde 2013.
“Las necesidades humanitarias son muy importantes, necesitan alimentos de calidad, medicamentos y disposiciones para la nutrición terapéutica”, afirmó la funcionaria de UNICEF.
La muerte de Sahar revela el drama que sufren miles de nenes en esa zona, donde viven cerca de 400.000 personas según la ONU. “Con el cierre de Guta y el aumento de los precios de los alimentos, el problema de la desnutrición se agravó”, dijo Monica Awad, una funcionaria de UNICEF.
Según datos de la ONU en los últimos tres meses, 232 niños fueron diagnosticados con malnutrición aguda y 882 con desnutrición aguda moderada. La malnutrición aguda grave se diagnostica cuando “un niño frágil y esquelético necesita tratamiento urgente para sobrevivir”. “Los niños con desnutrición aguda severa tienen un peso muy bajo para su altura y muestran desgaste muscular severo”, sostuvo.
Comentarios