Portada  |  22 junio 2018

La inmigrante guatemalteca que recuperó a su hijo: "No me podía ir sin mi hijo"

Madre e hijo estuvieron separados durante más de un mes. El caso es una de las primeras separaciones familiares ocurrida en Texas bajo la política de "tolerancia cero" anunciada por el fiscal general Jeff Sessions.

Internacionales

La historia de la guatemalteca fue seguida por medios de comunicación de los Estados Unidos a partir del 12 de mayo, cuatro días después de que fue separada de su hijo y cinco desde que ingresó a ese país por el puesto fronterizo de Brownsville, Texas. AllL pidió asilo por haber sufrido violencia doméstica a manos del padre del niño, que había amenazado las vidas de ambos.

La mujer contó que en el centro de detención de Laredo al que fue enviada conoció a varias mujeres que habían sido encausadas criminalmente por inmigración ilegal, como Sessions ordenó que se hiciera bajo la nueva política, y que habían sido separadas de sus hijos.

La madre latina logró la representación legal de Virginia Raymond, directora legal de "Austin Region Justice for Our Neighbors", una organización sin fines de lucro de las varias que ha estado prestando asistencia a inmigrantes.

El 11 de junio el fiscal general Sessions anunció que sacaría la violencia doméstica como razón válida para solicitar asilo, con el argumento de que se trata de un asunto privado que no depende de la acción de los gobiernos. Delia y abogada no lo supieron sino hasta varios días después, pero el 10 de junio le habían concedido a la guatemalteca el derecho a presentar su caso.

Raymond pagó los 1,500 dólares de fianza y sacó su clienta del lugar de reclusión e inmediatamente pusieron rumbo al refugio infantil en el noreste de San Antonio donde estaba su hijo, ubicado a unas dos horas de carretera.

En el camino de vuelta a Austin, el niño le contó a su mamá con entusiasmo que le habían dado un cepillo y pasta de dientes, que hacían dibujos, que lo había llevado a un parque de diversiones donde había una inmensa montaña rusa.

Sin embargo, se aferró al cuello de su madre y le contó: "Lloré mucho, pero traté de ser fuerte", según la publicación The Intercept.

Al día siguiente, la mujer y su hijo tomaron una avión para viajar a otro lugar del país donde tienen familiares que los acogerán mientras esperan la solución final de su caso de asilo, algo que podría tomar desde meses hasta años, considerando la saturación que padecen los tribunales migratorios. 

Fuente: Univisión

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