Miles de personas se congregaron este sábado en el centro de Londres para expresar su apoyo a los derechos de las personas transgénero, luego de un reciente fallo de la Corte Suprema que dictaminó que, legalmente, una mujer es alguien nacido biológicamente femenino, excluyendo de esta definición a las mujeres transgénero.
La "manifestación de emergencia", como fue denominada por los activistas, tuvo lugar en la Plaza del Parlamento, donde los manifestantes portaron banderas y pancartas con consignas como "liberación trans" y "derechos trans ahora". La preocupación entre los grupos trans es palpable ante las posibles implicaciones de este histórico fallo en sus derechos, a pesar de que el tribunal enfatizó que las personas transgénero continúan protegidas contra la discriminación.
El jefe de la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos advirtió que la decisión judicial podría llevar a la exclusión de las mujeres transgénero de baños femeninos, salas de hospital y equipos deportivos. Sophie Gibbs, una mujer transgénero de 19 años, expresó su desilusión: "Es un momento aterrador que te quiten tus derechos. Me decepcionó pensar que podríamos vivir en una sociedad que ahora parece tan progresista pero que está dispuesta a tomar una decisión tan peligrosa y perjudicial".
Por su parte, el gobierno británico defendió el fallo unánime de los cinco jueces, argumentando que aporta "claridad y confianza" para las mujeres y los proveedores de servicios.
En Inglaterra, Escocia y Gales, de una población total de aproximadamente 66 millones de personas, alrededor de 116.000 se identificaron como trans en el último censo, y se han emitido cerca de 8.500 certificados de reconocimiento de género.
El caso que originó el fallo se basó en una ley de 2018 aprobada por el Parlamento escocés que exigía al menos un 50% de mujeres en las juntas de los organismos públicos escoceses. Las mujeres transgénero con certificados de reconocimiento de género debían ser incluidas para cumplir con esta cuota. Sin embargo, la Corte Suprema dictaminó que utilizar un certificado para interpretar el sexo de alguien entraría en conflicto con las definiciones de hombre y mujer, y que las disposiciones contra la discriminación de la Ley de Igualdad de 2010 "solo podrían interpretarse como referidas al sexo biológico".
El primer ministro escocés, John Swinney, manifestó su comprensión ante el "dolor y angustia" que sienten las personas trans por el veredicto, aunque aceptó que el fallo debe ser acatado.
Muchos de los asistentes a la protesta temen que este fallo pueda sentar un precedente para futuras decisiones judiciales que disminuyan aún más los derechos de las personas transgénero. Zuleha Oshodi, de 29 años, expresó su temor a una "caja de Pandora" donde se abran puertas a medidas que nunca se pensó que podrían ser aceptadas o impulsadas.
NA
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