Portada  |  26 febrero 2017

Murió el joven atleta que se convirtió en un ícono de la lucha contra la leucemia

Pablo Ráez falleció tras pelear contra la enfermedad durante dos años. Consiguió que aumentaran las donaciones de médula ósea, tras una emotiva campaña en redes.

Internacionales

#RetoUnMillón podría ser la etiqueta de un eslogan publicitario. Sin embargo representa un hashtag de lucha y solidaridad. Le pertenece a Pablo Ráez, un joven atleta de 20 años que se volvió un ícono de la lucha contra la leucemia y falleció el sábado, tras batallar dos años contra la enfermedad.

Su nombre se convirtió en un fenómeno viral en España y otras partes del mundo, luego de encabezar una campaña en las redes sociales, donde animaba a la gente a donar médula ósea bajo el lema “no para mí, para todo el que lo necesite”.

Pablo tenía 18 años cuando en marzo de 2015 los médicos le diagnosticaron leucemia. Luego de someterse a varias sesiones de quimioterapia, le trasplantaron la médula de su padre y se recuperó pero, diez meses después, la enfermedad reapareció.

Las redes sociales se mostraron conmovidas por la muerte del joven, y destacaron en varios mensajes su valentía y su fortaleza.

Después de la campaña, finalmente recibió una infusión de células madre tras la donación de una joven estadounidense en noviembre de 2016.

Durante la semana en la que estuvo hospitalizado, mostró a través de un video en su cuenta de Instagram la cámara de aislamiento en la que permaneció tras la intervención y agradeció a sus seguidores "los mensajes de apoyo", así como "el calor" que recibió por parte de estos.

"La muerte no es triste, lo triste es no saber vivir"

Sin embargo, hace justo un mes, el pasado 25 de enero, Ráez publicó en Instagram que había sufrido "un rechazo de la médula que se llama enfermedad de injerto contra huésped" y que el momento era tan duro que "dan ganas de tirar la toalla, de dejar de sufrir".

En una de sus publicaciones en Instagram, el joven dejó un conmovedor mensaje

Mi forma de ver la vida cambió, por lo que no voy a felicitar ni las Navidades, ni las fiestas ni el Año Nuevo. Voy a felicitar la vida, voy a decir que la Navidad, el Fin de Año y todas estas cosas que se dicen por estas fechas son cosas que llevan establecidas mucho tiempo en nuestras vidas.

Cuando digo que felicito la vida me refiero a que en vez de desearnos Feliz Navidad les quiero desear feliz vida, mucha salud y mucha conciencia. La vida es maravillosa y no solo en estas fechas.

Por favor disfrutemos cada día, disfrutemos cada instante, disfrutemos, amemos y riamos como si todas las noches fueran 24. Queramos más a los que nos rodean, querámonos más a nosotros mismos. No tengamos miedo solo disfrutemos día a día.

No sabemos qué pasará mañana ni hablando de salud ni de nada más, pero si sabemos lo que pasa en nuestro día a día, por lo que es lo más valioso. Repito, la muerte no es triste, lo triste es no saber vivir.

La muerte forma parte de la vida y la vida forma parte de la muerte, ninguna puede vivir sin la otra, por lo que la muerte es un regalo de la vida. ¿Por qué creemos que es triste morir? No sabemos que hay detrás de la muerte.

Gracias a todas las personas que me siguen apoyando, a mi familia, al servicio sanitario que me atiende continuamente, gracias a todas las personas que se animan a donar, que se animan a ser solidarias, a colaborar en salvar una vida. Gracias de todo corazón.

Llevemos a ese #RetoUnMillon de donantes.

Seamos felices y amemos.

GRACIAS VIDA, por esta experiencia que me estás dando.

Animo que todo el que esté en un mal momento…Todo pasa y todo llega.

Amor y felicidad para todos.

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