Una condena de entre cuatro y seis años de cárcel, y 8.500 dólares. Es lo que deberá pagar Lindsey Abbuhl por estafar y poner en peligro a su pequeña hija.
Todo empezó por el temor de la mujer a que la menor realizara deportes. La nena quería practicar softbol.
En su momento, Abbuhl aseguró que a los médicos "les preocupaba que el deporte fuera demasiado físico para ella.
Y, alegando una condición terminal, afirmó: "Tuvimos que tomar la difícil decisión de que ella se iría y no podría jugar más".
De ahí en más, la versión fue creciendo y la madre de la nena -que ahora tiene 11 años- empezó a recibir dinero y otras donaciones de parte de la comunidad.
Tiempo después, las autoridades locales revisaron documentos y se enteraron de que la madre de la niña estaba engañándola a ella y a los demás "para obtener viajes, vivienda y otros gastos durante los últimos años".
La semana pasada Abbuhl se declaró culpable y fue condenada.
Si le aplicaron una pena de varios años de cárcel, no se descarta que sea liberada antes por buen comportamiento.
Durante el proceso, la mujer admitió que la niña "está bien" y que ahora vive con su padre.
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