Brasil vive por estas horas una de sus mayores crisis políticas, en medio del escándalo que tiene en el ojo de la tormenta al ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, investigado por corrupción.
Luego de que la presidenta Dilma Rousseff lo designara como jefe de gabinete y un juez suspendiera la designación, por entender que hay indicios de un delito, se conoció una frase que el ex mandatario pronunció antes de llegar al poder, en 1988.
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"En Brasil es así: cuando un pobre roba, va a la cárcel; cuando un rico roba, se convierte en ministro", dijo Lula da Silva cuando ocupaba una banca en el Congreso, hace 28 años, según consignó Folha en su edición del 16 de febrero de 1988.
La Fiscalía de Sao Paulo presentó acusaciones formales contra Lula da Silva y pidió su detención preventiva por enriquecimiento ilícito, ocultación de patrimonio y falsificación de documentos, pero el exmandatario siempre se declaró inocente.
"En Brasil es así: cuando un pobre roba, va a la cárcel; cuando un rico roba, se convierte en ministro"
"El expresidente Lula da Silva niega su participación en cualquier actividad ilegal relacionada con la investigación por la operación Lava Jato o en cualquier otra", publicó el Instituto Lula da Silva tras el allanamiento a la residencia del mandatario el pasado 4 de marzo cuando también fue detenido.
Rousseff designó este miércoles a Lula da Silva como nuevo titular del Ministerio de la Presidencia. Sin embargo, poco después el magistrado Itagiba Catta Preta Neto, del Tribunal Federal de Brasilia, anuló el acto hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre el caso.
"El expresidente Lula da Silva niega su participación en cualquier actividad ilegal"
La operación “Lava Jato” cumple hoy dos años convertida en la mayor investigación policial de la historia de Brasil y en el desencadenante de un terremoto político que destapó un complejo engranaje de corrupción y amenaza al gobierno de Dilma Rousseff.
Las cifras del Lava Jato son contundentes: cientos de investigados -entre ellos el expresidente Lula da Silva- y unos 3.000 millones de reales (828 millones de dólares) recuperados en un fraude que, según estimaciones policiales, puede superar los 30.000 millones de reales (unos 8.300 millones de dólares) y que, sólo en sobornos, alcanza los 1.650 millones de dólares.
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