Portada  |  23 julio 2017

Una mujer volvió a vivir con el hombre que le tiró ácido en la cara, dejó ciega a una de sus hijas y mató a la otra

Por miedo y por falta de recursos, Geeta Mahour retiró los cargos que llevaron a su esposo a la cárcel y debió volver a vivir con él.

Internacionales

Geeta Mahour, su hija Neetu de 26 y Krishna de 18 meses fueron atacadas con ácido por su marido y padre, Inderjeet. El hombre les desfiguró la cara mientras las mujeres dormían. Las tres fueron ingresadas en el hospital pero la pequeña de año y medio murió de una infección, mientras que Neetu quedó ciega. A pesar de todo eso, las sobrevivientes volvieron a compartir la casa con el hombre ya que no tenian donde vivir.

"Estábamos durmiendo en el patio cuando él se nos acercó silenciosamente y derramó ácido sobre nosotras. Aunque no lo vi verter el ácido, supe que era él porque a menudo solía amenazarme. Recuerdo gritar y gritar, mis niñas gritaban y mi madre corría. Ella llamó a la policía y estuvimos hospitalizadas durante tres o cuatro meses", cuenta Geeta, desde su casa en Agra (India).

El marido fue condenado a prisión, por lo que la mujer decidió irse a vivir a la casa de su madre, pero la situación económica era muy complicada y apenas tenían para pagar los medicamentos. Tres meses después del ataque, el hombre le escribió una carta a Geeta desde la cárcel pidiéndole disculpas: "Me asusté, retiré todos los cargos y fue puesto en libertad. Durante los siguientes 14 meses me quedé con mi madre, pero él siguió visitándome, siempre disculpándose", le contó Geeta al Daily Mail.

Ahogada por la difícil situación económica, Maohour decidió perdonar a su marido y volvieron a vivir juntos. Incluso, con el tiempo, decidieron tener otra hija. "La gente nos odiaba. Se reían de nosotros y nos miraban con desprecio. Los vecinos incluso me pidieron que me fuera de la zona. Me enfrenté a mucha presión. Estaba preocupada por nuestro futuro. ¿Cómo iba a criar a mis hijos? Así que cuando mis heridas se curaron y me sentí más fuerte volví con él. Durante muchos años fue amable conmigo y volví a compartir cama con él y tuvimos otra hija", cuenta la mujer.

En la actualidad, el matrimonio sigue viviendo junto y "aún hoy, cuando se emborracha, nos amenaza con matarnos. Pero ahora nada me molesta. Lloro todas las noches por la miseria que estamos obligadas a vivir, pero esta es nuestra vida", asegura Geeta.

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