Gastón Crovo tiene 28 años, hoy es jugador profesional de FUTSAL. Al nacer, uno de sus pies tenía una anomalía conocida como "pie bot", la cual impide al pie orientarse hacia delante. En su lugar, se orienta hacia abajo y gira hacia dentro. Por esta razón tuvo yeso hasta los dos años.
Pero el tener la pierna inmóvil no lo privó de nada, aprendió a caminar, correr e incluso recuerda que la primera pelota que pateó, fue con yeso.
Reconoce que desde muy chico el fútbol le cambió la vida y siempre lo motivó a seguir avanzando para mejorar.
A los dos años lo operaron y su pie quedó bien, y pudo continuar con su vida y sus actividades.
El último mundial, al igual que todos los argentinos, lo vivió con pasión, desesperación, tenía el deseo de poder ver a la Selección campeona del mundo y poder ver a Messi, a quien considera un patriota por no haber aceptado jugar para otro país a pesar de haberse ido de chico a España.
Durante la final, previo a los penales, le prometió a su mamá que si Argentina ganaba se tatuaba la primera imagen de Messi con la copa, y así es como ese momento lo convirtió en tatuaje para llevarlo para siempre en su piel.
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