Guido Fernández Cornide tiene 47 años. Era productor de televisión. Hace 10 años tuvo un gran dolor de cabeza, pero no le dio importancia; siguió trabajando.
Como el dolor continuaba fue a una guardia, le dieron un remedio para la otitis y se fue a la casa, se acostó a dormir con dolor y se despertó a los dos meses en una terapia intensiva. Luego de unas semanas, entendió que estaba sordo y ciego como efecto de la enfermedad.
Tuvo una otitis bacteriana. En ese momento sus hijos Esmeralda de 3 meses y Benicio de 3 años lo impulsaban a querer vivir y recuperarse. Georgina, su mujer, fue un motor muy importante en su recuperación.
Benicio, con sus tres años, supo que debía inventar un lenguaje para comunicarse con su padre y lo hizo.
Aunque los médicos decían que su ceguera era irreversible, hizo muchos ejercicios para recuperar la vista y logró verle la cara a Esmeralda, su beba, que no recordaba cómo era.
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