*Por Bárbara García Crespo y Agustín Monguillot
Nordelta es uno de los emprendimientos inmobiliarios más lujosos y ambiciosos de la Argentina. Un megaproyecto de barrios privados que tiene 40 mil habitantes, 8.200 viviendas y 24 barrios. Hay casas rodeadas de agua valuadas en millones de dólares. Un lugar elegido por familias para encontrar la tranquilidad y seguridad que no tienen. También es la opción de unos cuantos ricos y famosos. Todo esto convierte a Nordelta en uno de los lugares más custodiados del país y la creencia de que es una fortaleza infranqueable, pero no es así.
La creatividad del hampa siempre se las ingenia para ir un paso más allá. En los últimos años, encontró un punto débil: el agua. Tal fue el caso de Adrián Diez, que burló todas las alarmas y equipos de protección. Entró con un kayak, estuvo 20 horas dentro del barrio privado y se llevó de todo.
El hecho más reciente fue el 12 de julio. Diez, de 38 años, ingresó a los barrios El Golf y La Isla, ubicados en el predio privado de Nordelta, y sustrajo una suma cercana a los 100.000 dólares del interior de una casa en donde además, se dio un gustito: se comió una banana y descartó la cáscara en el piso. El delincuente solitario entró en un bote, pero se trasladó por los distintos barrios a través de la Laguna Central en un kayak que le había robado a uno de los vecinos. Estuvo más de 20 horas dando vueltas en el predio, cubierto de barro, mojado, tratando de esconderse. Finalmente fue detenido.
LOS ANTECEDENTES DEL LADRÓN SOLITARIO
Una vez que identificaron a Diez, los investigadores se toparon con una sorpresa: no era la primera vez que había robado en la zona. El 9 de abril de 2010, en un caso investigado por el fiscal Sebastián Fitipaldi, Diez irrumpió en el barrio La Glorieta para robar varias casas, al menos tres. Esta vez no fue por el agua, sino por tierra. Conocía muy bien dónde moverse. Se cree que entró escurriéndose por el perímetro del complejo. El dueño de una casa a la que ingresó lo corrió a tiros mientras escapaba. Él no respondió a los tiros porque jamás portó un arma. En ninguno de los dos robos al complejo.
CON TRAJES DE NEOPRENE Y PATAS DE RANA
Diez no fue el único al que se le ocurrió robar a través del agua. En 2014, una banda de delincuentes ingresó al barrio La Isla con trajes de neoprene y a bordo de un bote. Se robaron 20.000 pesos, mil dólares y joyas de una casa. La vivienda asaltada pertenece a un empresario del rubro textil y gastronómico. Ni él ni su esposa estaban el domingo a la madrugada al momento del robo porque habían salido a una cena.
Las víctimas del asalto fueron sus dos hijas -una de 15 años y otra de 10-, y una amiga de una de ellas que se había quedado a dormir. Los delincuentes salieron con el botín, cruzaron el lago con el bote y se subieron a un auto que, según creen, ya estaba en la zona esperándolos para huir. Estos delincuentes nunca pudieron ser detenidos ni identificados.
“Los acuachorros de Nordelta”, es la cuarta entrega de “Robos de Película”, el segmento de Mauro Szeta que relata los robos más espectaculares que se hayan visto en la Argentina.
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