Portada  |  19 noviembre 2020

El reloj de Belgrano, medallas de Rosas y una lapicera presidencial: la increíble historia de la familia que robaba piezas históricas de museos

En febrero del 2008 se robaron monedas y medallas de oro del Museo del Banco Nación valuadas en 750 mil dólares. Cuando los encontraron, descubrieron que habían sido los autores del robo de otros cinco museos argentinos. El invaluable botín que nunca apareció

Mauro Szeta

*Por Bárbara García Crespo y Agustín Monguillot

Padre, hijo y hermano. "Los Baldo". Una familia entera se convirtió en la primera banda especializada en robar piezas históricas de museos valuadas en miles de dólares. Sabían bien cuál era el botín: se llevaron monedas de la época de Rosas, lapiceras de presidentes y hasta el reloj de bolsillo de Manuel Belgrano. Gran parte de todo lo que se llevaron jamás apareció.

“Llevo 30 años trabajando en Tribunales. Esta causa fue de una de las dos o tres más espectaculares e impactantes que tuve”, asegura a Telefe Noticias el juez federal Daniel Rafecas, que tuvo a cargo la investigación. El 15 febrero del 2008 fue el gran botín y también el comienzo del derrumbe de esta familia. Nazareno Antonio Baldo, su hermano Jorge Manuel Baldo y su hijo Nazareno Ariel Baldo se robaron 531 monedas y 29 medallas valuadas en 750 mil dólares.

Los tres planearon el atraco pero quien lo concretó fue Nazareno Ariel Baldo, el más jóven de la banda, quien en la calurosa tarde del 15 de febrero llegó al edificio del Banco Nación donde funciona el Museo Histórico y Numismático. El joven preguntó dónde estaba el baño y se escondió ahí durante horas hasta que cerró. Ningún empleado se dio cuenta que estaba encerrado, esperando su momento.

Pasada la media noche, Baldo se arrastró por el túnel de ventilación hasta llegar a la parte superior del museo, abrió con un boquete el cielo raso para meterse a la habitación que conservaba las reliquias. Una vez adentro, trabó las puertas con cuñas de madera para actuar con contratiempos, rompió las vitrinas y metió las monedas en un bolso. Su escape es digno de una película: abrió una ventana, colgó una cuerda y se tiró a la calle. Todo parecía ser un plan perfecto.

Los Baldo no se dieron cuenta que dejaron rastros. Rafecas detectó una línea de investigación en los teléfonos celulares. "El hecho había ocurrido un viernes a la 1.30 de la mañana. Yo apostaba a que en ese día y horario no hubiera mucho tránsito de personas y podíamos apuntar a ver si los ladrones habían hecho contactos telefónicos esa noche". 

Jorge Baldo

Justamente, se encontraron que en el lugar y a esa hora hubo muy pocos celulares encendidos y que además tuvieron contacto frecuente. Eran los de la banda. "Unos días antes y unos días después, uno de los teléfonos se comunicaba seguido con un teléfono que estaba en la cárcel de Marcos Paz, es decir que había alguien que se estaba comunicando con un preso", explicó Rafecas.

Además, hubo una prueba clave que fue determinante para la detención de la banda. “El autor, cuando se descuelga por la soga, cae al piso y se ve que se va rengueando. es decir,  que había sufrido una lesión. Cuando vamos a detener a la banda, Nazareno Ariel Baldo estaba enyesado", detalló Rafecas.

EL PRONTUARIO DE LA BANDA

Y así fue cómo los encontraron. Pero, había algo que no cerraba en la investigación: Era la primera vez que se escuchaba hablar de estos delincuentes pero su accionar no era el de principiantes. Fue entonces que Rafecas solicitó a la Ciudad y la Provincia que se le informara sobre robos en diferentes museos. Así supieron que con el mismo modus operandi robaron piezas históricas de otros cinco museos en 2007.

"Cuando hicimos el allanamiento recuperamos parte del botín y después pasó algo increíble. Los acusados estaban presos con prisión preventiva en el penal de Devoto. Una de las hijas de los acusados fue a visitar a su padre al penal. La hija toma algunas prendas de vestir y va con esos elementos a la cárcel. Cuando ingresa a la cárcel, personal femenino hace la revisión correspondiente de los objetos que está ingresando y encuentra adentro de una de las zapatillas un medallón de oro de la época de Rosas", reveló Rafecas.

DETENCIONES

A pesar de haber robado piezas de gran valor histórico en varios museos, las condenas no fueron demasiadas ya que los Baldo lograron pactar en un juicio abreviado al reconocer los robos. Fue entonces que  en el 2011 Nazareno Antonio Baldo fue condenado a ocho años de prisión; su hermano Jorge Manuel Baldo, a cuatro años de prisión, y su hijo Nazareno Ariel Baldo, a tres años de prisión.

El juez Daniel Rafecas, además, había procesado por “lavado de dinero” al padre de los hermanos Baldo, Jorge Juan Baldo, y a su nuera Luisa Cafferatta, por haber comprado con dinero proveniente de los robos una camioneta Mercedes Benz Sprinter 0 Km, en la suma de $163.000.

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