El sueño de Julio Bocca no era otro que bailar, y no de cualquier forma: quería hacerlo con excelencia, con emoción, y con esa entrega que lo caracterizó desde los primeros pasos.
Su camino no fue fácil. Desde sus inicios en el Teatro Colón, Bocca enfrentó exigencias enormes, tanto físicas como emocionales. Sin embargo, su disciplina férrea y su amor por la danza lo llevaron a romper barreras, destacarse en el mundo y convertirse en uno de los grandes referentes del ballet internacional.
En 2007 se retiró, pero sigue cerca de la danza: desde la creación y la dirección, Bocca sigue soñando.
Cumplió su sueño, y persigue otros, como que el arte tenga un lugar importante en todas las escuelas primarias, no como un pasatiempo, sino como un conocimiento y una función social.
Hoy es el director artístico del Ballet del Teatro Colón.
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