Mauricio Dayub empezó a soñar con ser actor desde muy chico, jugando en el garaje de su casa, en el barrio La Alcantarilla de Paraná. Inspirado por el circo que se instalaba cerca cada tanto y su propia creatividad.
El espacio en el que pasaba tiempo con sus amigos y hermanos podía transformarse en un tren fantasma. O una sala de cine. Animar fiestas infantiles, como lo hacía uno de sus cuatro hermanos, era todo un desafío para él.
Cuando planteaba que quería ser actor no lo tomaban en serio pero él se las ingenió para empezar a tomar clases de chico como oyente y en su primera oportunidad en Buenos Aires, le pidió a su padrino que lo llevara al teatro. Y fueron al Maipo. Vieron a Antonio Gasalla y sintió una emoción muy grande imaginando que algún día podía estar ahí.
El momento de definición lo encontró eligiendo la carrera de Ciencias Económicas. La estudió hasta que decidió que había llegado el momento de hacer lo que realmente amaba: actuar.
Hizo un recorrido en el que afrontó muchos obstáculos, que él fue tomando como oportunidades para seguir adelante. Se fue fortaleciendo y capacitando, y trabajando en actividades ajenas a su pasión, y también en teatro, cine, tele.
La obra Toc Toc lo proyectó ya como un actor de prestigio. Y El Amateur y El Equilibrista terminaron de encumbrarlo como uno de los actores más destacados del país. En el medio, pasó el proceso de crecimiento y experiencias que nos cuenta también en Pequeños Grandes Sueños.
Comentarios