Estuvimos en comunicación con Villalba, el escultor que hizo la obra, y como la destrozaron, la rompieron y la doblaron, nos cuesta más arreglarla que hacerla de nuevo. El daño fue muy, muy, pero muy importante e indignante, porque en realidad lo que marca es la falta de tolerancia que hay”, señaló.

Grasso remarcó la importancia de Bayer como figura de la cultura e historia argentina, tanto por sus investigaciones, no solamente en la Patagonia, sino “en lo que fue la averiguación de las huelgas de 1920, de 1921, los 1.500 fusilados” y de cómo la UNESCO reconoció su labor.

Yo saqué el monumento de (Julio Argentino) Roca del pleno centro de la ciudad, pero lo llevé a un lugar donde tenemos los monumentos de la democracia, que es la Plaza de los Presidentes. Lo dejé a un costado porque no fue parte de la democracia, pero no lo destruí, no lo decapité, no lo tiré. Más allá de no compartir absolutamente nada, es parte de nuestra historia”, planteó.

Al ser consultado sobre si van a comunicarse con el Gobierno Nacional, el intendente expresó que “siempre piden dialogar” e incluso afirmaron que pidieron “explicaciones”, pero que, esta situación deja expuesta “la intolerancia” que tiene el Ejecutivo ante ciertos temas.

“Imaginate que no tuvieron las agallas de poder hacer lo mismo 24 de marzo, que lo han hecho el día después. Ha sido todo un mensaje para ellos, para los que piensan que realmente está bien fusilar a quien piensa distinto, que está bien atacar al que no comparte sus ideas. Hoy la Argentina está yendo para un camino que tenemos que encauzar, desde la dirigencia política, para poder recuperar la cordura, el bienestar y el respeto al que piensa distinto como tiene que ser”, concluyó.