Ellos son choferes de ambulancia, corren tras las emergencias para salvar vidas.
Se sienten reconocidos y reciben el agradecimiento de las personas que ayudan, aunque en ocasiones son recibidos con amenazas e insultos por la tensión que la situación amerita.
Circular con una ambulancia por la calle es una tarea de riesgo, hacen maniobras peligrosas para poder atravesar el tránsito y llegar a destino lo más rápido posible, para ello apelan a la solidaridad de los demás conductores que no ceden el paso en todas las ocasiones. Aseguran que falta educación vial para que todos sepan como accionar frente al paso de una vehículo de emergencia.
Llamados insólitos hay muchos, sienten que muchas veces son compañía de gente que está sola y llama solo por la necesidad de charlar con alguien.
Pasan por muchas situaciones de tensión, por su experiencia no se estresan, esa adrenalina es la que los hace tomar fuerzas y salir adelante para hacer su trabajo lo mejor posible y ayudar al que lo necesita.
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