Te presento: Patricia, el corazón de una casa que abraza a miles

En el barrio, todos la conocen como Patricia. Con su sonrisa amplia y una energía que contagia, esta jubilada se ha convertido en el alma de una casa que recibe a más de 2.000 personas. Allí, nadie se va con las manos vacías ni el corazón vacío.

En la casa que coordina Patricia, se sirve comida caliente todos los días, se reparte ropa para quienes la necesitan, y hasta funciona una farmacia social. Pero eso no es todo: también hay talleres de oficios, espacio para Alcohólicos Anónimos y actividades pensadas para acompañar y dar herramientas a quienes buscan una nueva oportunidad.

Yo soy feliz haciendo esto, cuenta Patricia, mientras organiza los turnos de los voluntarios y saluda a cada vecino que entra. Todos la quieren, y no es para menos: su dedicación y calidez han hecho de este lugar un refugio para quienes atraviesan momentos difíciles.

La historia de Patricia es la de miles de argentinos y argentinas que, lejos de quedarse quietos, eligen tender una mano y construir comunidad desde el amor y la solidaridad. En cada plato de comida, en cada abrigo entregado, late el compromiso de una mujer que, aun después de jubilarse, decidió seguir dando lo mejor de sí.

Porque en tiempos en los que la empatía es más necesaria que nunca, historias como la de Patricia nos recuerdan que siempre hay lugar para el encuentro y la esperanza.