Te presento: un recuerdo infantil la inspiró a crear una fundación que ayuda a los niños a estudiar

Cuando Romina era chica, un episodio en la escuela dejó una marca indeleble en su corazón. Un día, un compañero llegó al aula con el pantalón mojado. Al preguntarle qué le había pasado, el chico le confesó que no tenía otro pantalón para cambiarse. Este momento quedó grabado en su memoria, sembrando en ella una semilla de empatía y solidaridad que germinaría años después.

Hoy, es la cabeza de una fundación que brinda apoyo a la escuela donde vivió aquel episodio y a muchas otras instituciones educativas. Su organización se dedica a proporcionar útiles escolares, abrigo, comida y regalos en días especiales, entre otras cosas. Este esfuerzo no solo alivia necesidades materiales, sino que también ofrece un abrazo simbólico a cada niño que lo recibe.

El impacto de la fundación de Romina se extiende más allá de lo tangible. Cada entrega es una oportunidad para enseñar a los chicos la importancia de la solidaridad y el poder de la comunidad. La historia de esta mujer nos recuerda que, a veces, un pequeño gesto puede ser el inicio de un cambio significativo. Con cada niño que recibe ayuda, ella rinde homenaje a aquel compañero de la infancia, transformando una experiencia dolorosa en un legado de amor y compromiso.