Hace un mes que Naesqui es el nuevo espacio cultural con librería y café que Ignacio Iraola abrió en la esquina de Charlone y 14 de Julio, en el barrio porteño de Villa Ortúzar.
Después de tres décadas en la editorial Planeta -los últimos 16 como director editorial–, Iraola decidió seguir en contacto con autores y artistas, y a la vez tender lazos con su comunidad inmediata.
“Naesqui es una librería y un espacio cultural abierto a todos, pero el vecino de Ortúzar bien sabe que esta esquina podría haber sido una torre. Por eso es un terreno ganado que habrá que defender, habitar y militar”, explica.
"Estamos jugando un partido netamente barrial", destaca Iraola.
Las actividades de Naesqui no se limitan a las artes de la escritura, también habrá talleres de joyería a cargo de María Martínez y charlas gratuitas de distintos tópicos. Una sólida grilla de eventos culturales con aroma a café y –por supuesto– el aroma a libros que fascina a los lectores.
“A mí los libros me salvaron la vida, en un montón de sentidos. Me dieron un oficio, guita para morfar, y me abrieron un mundo al que no sé cómo hubiera accedido de otra forma. Cuando yo entré a Planeta estaba Juan Forn, que fue una impresionante guía de lecturas, de cine, de viajes. Y cuando pienso en Naesqui, pienso que me gustaría que sea un poco eso: un espacio que propicie encuentros con otros, un lugar de resistencia cultural. Lo que fui descubriendo es que Villa Ortúzar es un barrio muy cultural: acá viven Virginia Innocenti, Daniel Melingo, Samalea, Pergolini, hay muchas productoras de cine, hay gente vinculada al teatro. Y es un barrio que, medio desordenadamente, fue armando una especie de polo editorial. Por acá están Godot, Carbono, Del Nuevo Extremo, las oficinas de FILBA, la FED, está Porter, la imprenta donde imprimen muchas editoriales del circuito independiente. La zona es, además, muy estratégica: estás a tres minutos de Colegiales, a tres de Chacarita, y me parece que lo lógico es que el derrame cultural venga hacia acá”, continúa el gestor cultural.
En Naesqui los chicos también disfrutaron de las vacaciones de invierno. En el "Recreo de cerámica", a cargo de la arteterapeuta y ceramista Romina Ferrer, participaron de un taller de cerámica infantil. "Me sorprende y me emociona verlos y escucharlos disfrutar...que tomen la decisión de crear", señala la profesora, que ya abrió la inscripción para su próximo taller.
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