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Acusan a obras sociales de ser los “dueños de la vida y de la muerte” de sus asociados
El neurólogo José Esteban Salman, médico del Centro de Evaluación y Rehabilitación Neurocognitiva San Rafael y miembro del Comité Científico de la Asociación de Lucha contra el Mal de Alzheimer de Neuquén, denunció públicamente la inhumanidad de la mayoría de los empleados administrativos del sistema de salud neuquino.
Muchas obras sociales, regidas en apariencia por el principio "lo primero es el paciente", no cumplen sin embargo con la premisa que las rige en pos de la salud de sus asociados, señaló el Dr. Salman a través de Facebook, y generan el desgaste del paciente, de sus familiares y hasta de los propios médicos.
El doctor se pregunta si su esquema para retrasar las autorizaciones es deliberado: “No creo que (la causa) sea un bicicleteo finan…, digo social”, cuestiona.
El mundo del revés
“En base a lo que me cuentan, veo y vivo en consultorio”, explicó Salman, el proceder de las administraciones de las obras sociales funciona según este esquema:
“1- Con el pedido médico, el paciente y/o su familiar va a su obra social.
2- Con dicho pedido ya en la obra social, representada en ese momento tras el mostrador por un administrativo, éste le dice que falta la historia clínica (que está en el primer pedido).
3- ¿No tendría el/la auditor/a, escribir la fundamentación de la negativa con firma y fecha?
4- Entonces, los pobres pacientes y familiares (si no se agotaron, distresaron y en algunos casos murieron), le llevan el formulario a su médico”.
Salman hizo una salvedad porque no pretende meter a todos en la misma bolsa: “Gracias a Dios no es el 100% de las personas que trabajan ahí, pero es la mayoría, ¡qué manera de transformarse algunos médicos (o la mayoría) que hacen de director médico en personas indeseables!”.
“Creen ser los dueños de la vida y la muerte, con su proceder se convierten en pseudomédicos, mientras les dicen a sus patrones: ´sí, señor… sí, señor’", agregó.
Y los acusó de “demonios con inflación” que desgastan a pacientes y familiares que optan por comprar por sus propios medios la medicación necesaria cuando la obra social retrasa la autorización.
La salud pública, un espejo
Es conocido que la salud pública en Neuquén, con base en el Hospital Castro Rendón, fue ejemplo nacional. ¿Y ahora?
“Para tener una interconsulta con determinada especialidad, los pacientes deben poner un papel en una caja y en 60 días, tal vez, salga sorteado el poseedor de ese papel”, detalló el Dr. Salman.
“También me contaron que habría falta de insumos”, agregó.
Y que en las guardias hacen “la vista gorda”: “Algunos médicos al estar en una emergencia en guardia ven al paciente, y en vez de estabilizarlo, le dicen: ´Tiene una fractura pero por tener Obra Social tiene que verlo un traumatólogo de su Obra Social´. Y es un día sábado. ¿No sería mejor estabilizar a la persona ahí y derivarla, y que la administración se encargue de cobrarle a la obra social?”, sostuvo Salman, que vivió esta situación en primera persona.
“Tengo entendido, luego de hablar con colegas de diferentes provincias y de CABA, que cosas similares o peores también ocurren en todo el país”, señaló.
El médico propuso reflexionar y accionar a través de diversas medidas:
- Usar contacto vía digital, con claves personales.
- Llenar digitalmente historias clínicas y formularios y enviarlos por esa vía.
- Si hay dudas y discordancias, solucionarlas entre médico tratante y auditor a través de una computadora o celular.
- Volver a las recetas por fotos vía WhatsApp. Y si alguna es con duplicado, con el sistema “Recetar”, que tanto ayudó a la gente.
- Sería muy bueno que los pagos de las consultas e insumos sean actualizados y pagados en término.
Se necesitan medidas que rompan con los cánones de la burocracia para que el médico no deba elegir entre llenar papeles o atender al paciente, ni que los pacientes prioricen los papeles antes que sus controles porque necesitan sus remedios o los estudios.