Más de la mitad de los argentinos se automedica. A pesar de que 7 de cada 10 considera que su salud es buena, 5 de cada 10 tomaron fármacos en los últimos días. Estos datos surgen de un estudio realizado por la consultora IMS. La causa más frecuente para automedicarse es el dolor, por eso, entre los medicamentos más demandados, se encuentran los analgésicos. En 2015 se vendieron 70 millones de cajas, según IMS.
Seis de cada 10 argentinos cree saber cuándo automedicarse https://t.co/pbCMuLFo7r vía @BowThemes
— Dr. López Rosetti (@DrLopezRosetti) 21 de julio de 2017
Actualmente, cuando el malestar aparece, algunas personas buscan información en sitios web sobre las características principales y los tratamientos disponibles para resolverlo. Este cambio actitudinal, motivado muchas veces por el fácil acceso a internet, la crisis económica de Argentina y la necesidad de resolver todo rápido, genera que el paciente abandone un rol pasivo y, equivocadamente, pase a transformarse en agente activo de su propio bienestar.
Otro factor negativo está en las góndolas que exhiben medicamentos de venta libre (aquéllos que pueden adquirirse en farmacias sin la necesidad de una receta médica) contribuyendo a que algunos que padecen molestias como resfríos, cefaleas, alergias y dolores musculares accedan a comprarlos para aliviarlos sin necesidad de perder tiempo. Lo cual sumerge al paciente en un terrible error para el cuidado de su cuerpo.
A pesar de la Ley Nacional 26.567 vigente que prohíbe vender medicamentos fuera de las farmacias, en la ciudad de Buenos Aires hay kioscos que no sólo expenden medicamentos de venta libre sino también los recetados. Es el caso del Migral, producto que requiere de la prescripción médica para ser adquirido en la farmacia.
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Según el jefe de Toxicología del Hospital Fernández, Carlos Damín, “el imaginario popular sitúa al Migral como una remedio efectivo para los dolores de cabeza intensos. Su droga principal, la ergotamina, debe ser indicada por un médico, ya que sirve para tratar dolencias y patologías específicas. Si se administra sin supervisión, puede tener efectos adversos”. Y agrega: “Es importante saber que este fármaco es vasoconstrictor, es decir, que reduce el calibre de los vasos sanguíneos produciendo patologías severas que terminan en sala de internación de urgencias”.
Automedicarse no está bueno. Y puede tener consecuencias. Mejor consultá! #Toxicología pic.twitter.com/4qBD4Wnffj
— Carlos Damin (@Carlos_Damin) 11 de mayo de 2015
Junto a las golosinas y cigarrillos, en muchos pequeños comercios se venden ilegalmente, sin caja ni prospecto y muchas veces fraccionados por unidad, sin consejo profesional alguno. En aquellas zonas donde no hay un acceso fácil a una guardia médica o sala de primeros auxilios para dolencias menores (una indigestión o cualquier afección que se pueda calmar con un comprimido), las personas van en contra de su salud al intentar calmar el dolor mediante la automedicación. El kiosquero Eugenio Ramírez de Lanús cuenta que: “Los clientes suelen llegar preguntando qué pueden tomar para el dolor de muela o de estómago como si mi negocio fuera una farmacia, les aconsejo que se tomen su tiempo para que el médico los revise”.
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Pero los kioscos no son la única forma de acceso ilegal a medicamentos. A pesar del convenio firmado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) con la empresa Mercado Libre para frenar la venta de fármacos recetados por internet, el comercio ilegal resiste. Es el caso del Oxaprost -conocida como la pastilla abortiva-, del que se encuentran varias ofertas en internet.
A esta situación se le suma otra realidad: el vertiginoso ritmo de vida contemporáneo, en especial en los países en vías de desarrollo, en los que los trabajadores y trabajadoras a menudo no pueden ausentarse de sus empleos cuando padecen alguna molestia sencilla.
“La vida acelerada que vivimos no nos permite utilizar métodos comunes para evitar los dolores como son el reposo o la rehabilitación”, señala Andrea López Mato, directora del Instituto de Psiquiatría Biológica Integral y especialista en medicina del dolor.
Muchas veces, la vida acelerada sobresaturada de trabajo y obligaciones genera que las personas no puedan deprimirse o hacer un momento de duelo. Estas razones de automedicación deben ser especialmente evitadas y son las que producen adicción a cierto tipo de drogas, que afecta a los fármacos prescriptos por el médico como hipnóticos y ciertos antidepresivos. En estos casos la labor de los profesionales sanitarios es fundamental para evitar el autoconsumo que, en muchos casos, se produce con la receta prescripta por el médico y dispensada legítimamente por el farmacéutico.
“El Estado ausente, la falta de sentido común y de responsabilidad del paciente son factores que inciden notablemente en la automedicación”, sostiene Mariana Scagnetti, periodista e investigadora, ganadora del concurso de periodismo sobre medicamentos de venta libre en la Universidad de Harvard.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la necesidad de que la población sea instruida acerca del uso responsable de los fármacos. El embarazo, la lactancia, la edad (tantos niños como ancianos) y problemas crónicos como alergias, diabetes, hipertensión, asma, glaucoma o hipotiroidismo, requieren la consulta médica para realizar una cuidadosa selección de los medicamentos a tomar.
El Dr. Damín, del Hospital Fernández, destaca la responsabilidad de los médicos sobre educar al ciudadano en el consumo responsable de medicamentos y aconseja realizar la consulta médica desde la edad más temprana posible: “Tenemos que intentar meterle en la cabeza a un chiquito de dos o tres años que es importante cuidarse. Es la manera más inteligente de tener un adulto responsable en el futuro”.
Por Adriana Sandro | @adriana_sandro
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