Fuentes de la investigación dijeron que si bien la cuadra donde se cometió el ataque no cuenta con cámaras de seguridad, los pesquisas buscaban éstas en todo el trayecto que, según la víctima, realizó desde que bajó del colectivo hasta que fue llevada bajo amenazas al garaje donde se consumó el abuso.
Además, efectivos de la Policía Federal trabajaban sobre el identikit que confeccionó la joven de 18 años en su denuncia en la comisaría 12a. y con la búsqueda de algún testigo que pudiera haber observado algo sospechoso o el merodeo del abusador antes de capturar a su víctima, informa Télam.
El hecho ocurrió cerca de las tres de este miércoles cuando la chica regresaba de trabajar como empleada de un local de comidas rápidas ubicado en la zona norte y se dirigía hacia su casa.
Fuentes policiales informaron a Télam que la chica bajó del colectivo en el cruce de avenida Rivadavia y Víctor Martínez y caminó una cuadra hasta el cruce con Emilio Mitre, donde fue sorprendida por un delincuente armado que la amenazó y le robó sus pertenencias.
Según su denuncia policial, tras apoderarse de sus objetos de valor, el hombre la obligó a caminar por Emilio Mitre, cruzó la avenida Juan Bautista Alberdi y se dirigió hacia el garaje de un edificio sobre la calle Hualfin 920.
Allí, amparado por la oscuridad y la ausencia de movimiento de gente en la calle, la maniató con un cinturón y con cinta de embalar, la amordazó y la violó.
Tras el ataque, el agresor escapó hacia el lado de Primera Junta y la joven se desató y se dirigió hasta la casa de un familiar, a quien le contó lo que había pasado y llamó al 911 para denunciar lo ocurrido.
Fuentes policiales dijeron que un patrullero de la comisaría 12a.que patrullaba la zona fue desplazado hasta la casa donde se hallaba la denunciante y, con su declaración, los policías determinaron el sitio donde se consumó la violación.
En ese lugar, los efectivos hallaron manchas de sangre y trozos de cinta adhesiva similar a la que poseía la chica violada.
Según contó a los policías, el abusador tenía unos 55 años, vestía una campera de la selección argentina, un pantalón de jogging bermuda color oscuro y una mochila negra.
Por su parte, el titular de la fiscalía de instrucción 48 a cargo de la pesquisa, Eduardo Rosendo, solicitó la colaboración de la Brigada de Violencia Sexual para que brinde asistencia a la víctima y esperará para interrogar a la chica abusada hasta tanto se recupere del shock emocional en el que se encuentra.
El fiscal aguardaba hoy resultados del trabajo de los peritos de la Unidad Criminalística Móvil de la Policía Federal que concurrieron al lugar del hecho.
Es que los peritos buscan algún rastro del violador en los dos elementos de sujeción que el delincuente utilizó para maniatar a la víctima: un cinturón y un trozo de la cinta adhesiva transparente.
Según las fuentes, en el cinturón hay manchas de sangre y en la cinta adhesiva los peritos buscarán huellas dactilares que el autor haya podido dejar en la parte con pegamento o su ADN en caso de que la haya cortado con la boca y dejado su saliva.
Marcos, el encargado del edificio de Hualfin 920, aseguró esta mañana a la prensa que la cuadra donde ocurrió la violación tiene poca iluminación por la noche y que sospecha que el delincuente tenía conocimiento de la zona.
"La cuadra no tiene cámaras de seguridad y hay poca iluminación porque hay muchos árboles. El tipo conocía bien el lugar porque sabía los movimientos de la esquina, a qué hora cierran los negocios y a qué hora queda liberada la zona", dijo.
En tanto, otros vecinos se quejaron de la falta de patrulleros especialmente por la noche, a pesar de que la comisaría 12a. se encuentra a cinco cuadras del lugar del hecho.
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