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Caso Ángeles: la querella pidió prisión perpetua para Mangeri

La familia de Ángeles Rawson pidió el miércoles que el portero Jorge Mangeri sea condenado a prisión perpetua por el crimen cometido en junio de 2013 en el barrio porteño de Palermo y sostuvo que la víctima fue "una mártir", que "defendió su dignidad" y "murió como niña demostrando ser una gran mujer".
Por Telefe Noticias

Actualidad: Caso Ángeles: la querella pidió prisión perpetua para Mangeri

En su alegato de ocho horas, el abogado Pablo Lanusse solicitó que se lo condene a la pena máxima por "abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa y del que resultara un grave daño para su salud en concurso real de homicidio agravado criminis causa para ocultar un delito precedente y para procurar su impunidad, todo en concurso ideal con el delito de femicidio".

Luego de varias jornadas de ausencia y por decisión del propio Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 a cargo del debate, Mangeri (47) estuvo otra vez sentado en el banquillo de los acusados, con la mirada perdida y sin reacción ni siquiera cuando escuchó decenas de veces decir al ex fiscal Lanusse, que él era el asesino.

En segunda fila, estaban los padres de la víctima, Franklin Rawson -quien intentó pero no pudo cruzar una mirada con el presunto asesino de su hija-, María Elena "Jimena" Aduriz, quien estuvo acompañada por su hijo mayor, Jerónimo Villafañe -hermanastro mayor de Ángeles-, y la fiscal Paula Asaro, que fue la investigadora judicial del caso, detuvo al imputado y hoy reapareció para apoyar a la familia.

Ante la atenta mirada de los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero, Jorge Gettas y Rafael Oliden -el cuarto magistrado que actuó como suplente-, Lanusse aseguró que Ángeles "es la única e irreparable víctima" en la causa.

El abogado dio por probado que a las 9.52 del lunes 10 de junio del 2013 la chica de 16 años llegó de su clase de gimnasia al edificio de Ravignani 2360.

Aclaró que "jamás pudo ingresar a su casa porque fue interceptada por el señor Mangeri" que, "con algún pretexto", la condujo a "algún lugar del edificio", que luego identificó como "la portería del octavo piso" donde desplegó su verdadero objetivo: abusar sexualmente de ella.

Según Lanusse, Mangeri se aprovechó de la edad de la víctima, de su contextura física -él pesaba 108 kilos y ella 50- y el conocimiento previo que tenía de ella, ya que la conocía desde hacía 11 años.

Lanusse sostuvo que Mangeri actuó en un claro contexto de "violencia de género" y en ello fundamentó que desde su punto de visto el crimen fue un "femicidio".

Recordando las palabras que la abuela de la víctima pronunció al declarar ante el tribunal, Lanusse dijo que "Ángeles es una mártir porque defendió su dignidad hasta su muerte" y habló de las lesiones que su agresor le dejó y de aquellas que ella le provocó.

“La niña Ángeles Rawson no pudo declarar. Pero habló a través de su cuerpo. Habló a partir de la revisión de la autopsia”, dijo el letrado.

Por ello, Lanusse mencionó que debajo de las uñas de Ángeles se hallaron rastros genéticos de Mangeri porque alcanzó a arañarlo con su mano derecha "en forma de garra", lo que dejó excoriaciones en el cuerpo del imputado.

Haciendo alusión al examen de ADN que más incrimina al portero, Lanusse afirmó: “Ángeles Rawson indicó con su dedo índice de la mano derecha que el agresor que estaba bajo su uña era Jorge Mangeri. Marcó con su uña al único y verdadero responsable de su muerte”.

Y recordó que de acuerdo al cálculo estadístico, la posibilidad de que el perfil hallado debajo de esa uña sea de otro hombre que no sea Mangeri, era de “una en mil seiscientos noventa billones".

Lanusse sostuvo que "no existió contaminación", resaltó que "los resultados de ADN son el correlato del accionar criminal del señor Mangeri" y mencionó que había otras pruebas genéticas que comprometían a Mangeri en tres trozos de la soga que ataba los tobillos de la víctima y debajo de las uñas de otros dos dedos.

Luego, el abogado realizó una descripción de cómo fue el ataque y dio detalles de las lesiones paragenitales que sufrió la víctima en la ingle, los muslos y una rodilla "por haber resistido".

Lanusse dijo que Mangeri se montó sobre su víctima "en una posición de acaballamiento", tras lo cual señaló que el portero la estranguló "con la mano derecha" comprimiéndole su cuello, "y con la izquierda la sofocó" tapándole la boca y la nariz en una maniobra que no duró más de "cinco minutos".

“Luego, decidió despojarla a la basura, es decir, a una cosa inservible que desechamos. A eso redujo Jorge Mangeri a Ángeles Rawson. Ese cuerpo molestaba”, dijo el letrado, para quien al elegir este método, el imputado “dejó su ADN laboral” ya que pudo “pasar desapercibido con una bolsa de residuos” porque “era el encargado”.

"Acá se le quitó la vida a un ángel", dijo Lanusse, quien recordó el relato de la madre de Ángeles acerca de la noche en la que se cruzó a Mangeri en la fiscalía la noche que quedó preso: "Para Jimena, Jorge Mangeri era una 'cara amiga'. Miren la paradoja de la vida, el asesino de su hija era una cara amiga. Eso le pasó a Ángeles Rawson aquel 10 de junio. Vio una cara amiga".

En el momento de pedir la pena, Lanusse señaló que cuando Mangeri “decidió la ausencia perpetua” de Ángeles también estaba eligiendo la pena que le correspondía y pidió ante el TOC 9 que se lo condene a “prisión perpetua”.

“Hace dos años y una semana que no podemos abrazar más a Ángeles. Ahora nos queda abrazarnos a la Justicia”, concluyó.