Portada  |  19 agosto 2021

De artesano en ferias a distinguido diseñador de accesorios de moda

El chaqueño Aldo Sotomayor, que descubrió la profesión de casualidad, crea verdaderas obras de arte para mujeres y hombres que buscan descollar con sus outfits.

Actualidad

En su atelier, Aldo Sotomayor diseña en forma manual desde collares, aros, pulseras, vinchas y charreteras, hasta pins, hebillas, prendedores, cintos y scrunchies, que atrapan a celebrities y diseñadores de alta costura.

El artista de las pinzas también efectúa intervenciones en carteras, anteojos, billeteras, dijes, pashminas y medallones de fundición, otorgándoles un toque distinción que los convierten en únicos e irrepetibles.

“Es bueno que los accesorios tomen un protagonismo absoluto porque hace que potencie, que acompañe un buen look”, afirma el oriundo de Presidencia Roca, pequeña localidad situada en la margen derecha del río Bermejo, límite con la provincia argentina de Formosa.

Entre clienta y clienta, el diseñador va forjando con dos herramientas básicas, como la pinza chata y la pinza rosario, en forma manual, diversos accesorios y complementos para la moda. 

“La personalización convierte a las prendas en únicas e irrepetibles. Trato de ser lo más perfeccionista posible”, admite el artista de las pinzas que emplea insumos nacionales e importados premium.

A diferencia de los diseñadores de ropa o joyería, esquiva plasmar su idea en un boceto. “No soy de diseñar de antemano, en un papel. Escojo los insumos y les voy dando forma hasta terminarlos”, revela sentado en la mesa de trabajo aclarando que “lo mío son accesorios, nunca será joyería”.

De colección

A lo largo del año, el diseñador presenta colecciones cápsula, líneas muy exclusivas formadas por accesorios y complementos de edición limitada. “Me inspiro en el concepto del momento y los materiales elegidos para trabajar. ¿Cómo surge el nombre? De charlas, momentos vividos o de una situación que surja, ya sea personal o lo que ocurre en el mundo”, sostiene Sotomayor que admira los diseños de Chanel, en particular, y tiene como referentes a las tiendas exclusivas de Moschino, Dior y Schiaparelli.

Para momentos especiales, como una boda, un cumpleaños o un aniversario, el chaqueño invita a sus clientas para que participen del diseño personalizado de los accesorios. “Les pido que me traigan una foto o el color de las prendas”, señala.

A menudo, las creaciones de Aldo son requeridas por celebrities y diseñadores de moda de alta costura para presentaciones o desfiles exclusivos. Momentos inolvidables que guarda en sus retinas. “No tengo palabras para describirlo. Para mí fue un gran crecimiento profesional, personal y, a través de esa convocatoria, tener un crecimiento en la marca”, asegura orgulloso.

Autodidacta

Su vocación la encontró de casualidad en 2011, tres meses después de arribar a la estación terminal de Retiro, luego de viajar doce horas en ómnibus desde su Chaco natal. En su valija, además de sus pertenencias, traía el título diseño gráfico (comunicador visual) y el sueño de triunfar de lo que había estudiado en la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).

Luego de golpear puertas y dejar una veintena de curriculums, solo pudo conseguir el puesto de cadete en una fábrica mayorista de accesorios. Al ver su ímpetu y ganas de progresar, la dueña le ofreció ser ayudante de diseño y producción. “Era todo nuevo para mí. No sabía que existía todo este mundo”, reconoce Sotomayor, que comenzó a amigarse con las pinzas y hasta ofreció armar pulseras fuera del horario laboral.

La comerciante accedió al ofrecimiento con un “llévate los insumos que quieras”. Aldo aceptó con gusto. Al punto que, después de diez horas en la fábrica, regresaba a su casa y se ponía a diseñar hasta quedarse dormido. Religiosamente, al día siguiente regresaba a la empresa, entregaba la producción y cobraba un dinero extra.

En ese trabajo estuvo un año y medio hasta que lo despidieron. Con la indemnización, en la soledad de su hogar, empezó a diseñar y a hacer stock. “¿Y ahora dónde lo vendo?”, fue la pregunta que se hizo. Sus amigos le recomendaron ir a una feria de Puerto Madero. “Reconozco que me iba muy bien, porque trabajando sábado y domingo, sacaba un sueldo”, rememora el diseñador.

Todo había comenzado como un hobby, mientras Aldo buscaba otro trabajo fijo, que llegó al cabo de siete meses al ingresar a una concesionaria de autos. Pero el hobby no lo abandonó: todos los fines de semana se instalaba en la feria de Puerto Madero con sus accesorios. “Nunca se me había pasado por la cabeza poner un local”, asegura el hijo de Epifanía Sotomayor, una docente que fue madre soltera y “siempre quiso que su hijo mayor fuera alguien en la vida”.

En junio de 2018, Aldo conoció al empresario Alejandro Traverso, en ese momento Administrador de la Cámara Argentina de la Moda (CAM). Más allá de establecer una relación personal, Alejandro descubrió en el chaqueño el don de la creatividad que expresaba a través de sus distintos diseños en accesorios. “Un talento que merecía darse a conocer al mundo de la moda argentina”, destacó Traverso.

El elogio del experimentado dirigente de la moda envalentonó al novel diseñador de la feria. Al cabo de un tiempo se asoció a la CAM, una decisión que le trajo satisfacciones. Porque Fernando Calvano, destacado productor de Buenos Aires Moda, lo convocó para que presentase su primera colección otoño/invierno “Orígenes” en una pasarela del Hotel Hilton. Fueron tan exitosas las pasadas que, el mismo productor lo invitó a ser parte en otro desfile. Pero en este caso dentro de la cápsula de la Cámara Argentina de la Moda, junto a diseñadores como Juan Vitto, Eduardo Urquiza y Graciela Ruiz Diaz, actual vicepresidenta de la CAM. En esta oportunidad, Aldo sorprendió a los asistentes con la colección “Deja vu”.

Originalidad y perfeccionismo

Al cabo de unas semanas, su descubridor, Alejandro Traverso, lo tentó para conformar una sociedad, Aldo Sotomayor Accesorios: antes de que concluyera el 2018, los diseños fueron presentados en la apertura del desfile que se hizo en el Hotel de las Américas, a beneficio de la Fundación Fundamind.

Al año siguiente, el chaqueño gestó la colección “Utopía” y la exhibió en un desfile que se hizo en Ushuaia, dentro de la Gala del Fin del Mundo, organizada por Alejandro Viñas y Daniel Martínez, dos importantes organizadores de eventos. A la vuelta de la ciudad austral, Aldo y Alejandro coincidieron e inauguraron la ansiada tienda de accesorios y complementos de moda.

El ascendente y rutilante prestigio del chaqueño llegó a oídos del diseñador de alta costura Laurencio Adot y de su socio Thiago Pinheiro, a través de la reconocida actriz, conductora y modelo Muñeca Moore. Reunión mediante, Laurencio y Thiago lo eligieron para que crease los accesorios con estilo grecorromano para la colección “DotBallet”, cuyo desfile se realizó en el Alvear Palace Hotel. Ya finalizando 2019, Aldo volvió a ser convocado por la marca de Adot. En esta oportunidad, para que interviniera pendientes y apliques en el desfile organizado por Caras Moda, en el Palacio Alsina.

El 2020 no podía comenzar mejor para Aldo: presentó la colección de verano en el desfile que “La Jaula de la Moda” hizo en Espacio Clarín de Mar del Plata y cuyo cierre de pasada estuvo a cargo de la conocida vedette uruguaya Mónica Farro. Luego irrumpió la pandemia y Aldo centró su labor en la creación y en la atención de su atelier en Palermo Soho. “Me pone feliz y me provoca mucho placer diseñar. Más aún cuando veo los resultados de la imaginación plasmada en la realidad, jugar e ir viendo cómo se va generando ese proceso creativo, hasta lograr el resultado final”, finaliza.

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