La extensión de la traza de la línea E del tren subterráneo será una realidad desde el próximo lunes. Así se concretará la inauguración de las tres nuevas estaciones que se sumarán en su actual cabecera, Bolívar, ubicada en Plaza de Mayo.
Correo Central, Catalinas y Retiro agregarán 2 kilómetros al trazado que inicia en el Bajo Flores, en la estación Plaza de los Virreyes. Las autoridades prometen que se podrá llegar de un extremo al otro en 22 minutos con una frecuencia de 4 minutos, 30 segundos. Para fin de año aspiran a que se reduzca un minuto.
La nueva cabecera de la línea E se construyó en tres niveles. En dos de ellos se ubica el vestíbulo con comercios y boleterías; en el tercero, las vías. Es, al igual que las otras dos, amplia para facilitar la circulación de pasajeros ya que conectará con la línea C y recibirá a quienes lleguen también en tren. En Correo Central se podrá combinar con la línea B.
La obra civil, la construcción de los túneles, se inició en 2007 con la primera licitación, mientras que en 2009 comenzaron las obras. La primera etapa demandó u$s 100 millones Cuando la administración porteña se hizo cargo del subterráneo, hasta entonces bajo la órbita de Nación, restaban trabajos por otros u$s 100 millones financiados por la Ciudad.
Algunos de los trabajos realizados en los últimos meses fueron la renovación de las vías por primera vez desde 1944, la construcción del nuevo taller Lacarra, ubicado en la intersección de la colectora Dellepiane y Av. Perito Moreno, y la puesta a punto de cada estación.
En su punto más profundo los túneles alcanzan los 20 metros por debajo de la línea de calle y en algunos tramos las
líneas B y C corren por encima. Como la traza del nuevo recorrido continúa el límite que antiguamente existía entre el territorio y la barranca al río – hoy tierras ganadas al agua – se debieron construir dos túneles, uno para cada sentido del subte, porque soportan mejor que uno solo de mayor diámetro.
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