El 66% de las estaciones del subterráneo carecen de mecanismos que permitan la accesibilidad total a personas con discapacidad motriz o con movilidad reducida, de acuerdo a las conclusiones preliminares de un estudio de la justicia porteña, que al resolver una cautelar obligó a Metrovías a poner personal y dispositivos de asistencia hasta resolver la situación de fondo, informa la agencia Télam desde su página web.
Las constataciones efectuadas en marzo del 2017 y febrero de este año por el Juzgado N° 2 en Roberto Gallardo, demostraron que “el 34% aproximado de las estaciones se encuentran dotadas de mecanismos que permitan la accesibilidad total a las personas que atraviesen alguna dificultad motora o en su movilidad”.
El informe revela que “la gran mayoría carece de ascensores” y aún en los que sí existe “su utilidad se ve mermada en numerosos casos por falta de funcionamiento, desperfectos técnicos o bien por falta de higiene y mantenimiento”.
Un caso paradigmático es la estación Río de Janeiro de la línea A, la más antigua de la ciudad, en la que “se ausenta cualquier posibilidad de acceso”.
Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), la empresa pública propietaria de la red, adelantó a Télam que apelará la resolución. También informó que, según sus estadísticas, hay 35 estaciones accesibles (cerca de un 40%), de las cuales 30 tienen ascensores que pueden ser utilizados en ambos sentidos y 5 en un único sentido.
"Desde que Sbase se hizo cargo del servicio, en el año 2013, el índice de funcionamiento de ascensores pasó de un 68% a un 94% en 2017", indicaron a esta agencia.
Por otro lado, en la empresa resaltaron que se encuentra en proceso licitatorio la primera etapa del proyecto de instalación de salvaescaleras, que incluye 14 equipos, una inversión de 350 mil dólares y que se estima estén activos a mitad de este año.
También manifestaron que se "está trabajando en un plan para adecuar, a lo largo de 10 años, todas las estaciones".
"El proyecto implica 211 millones de dólares y consiste en la adecuación de unas cinco estaciones por año, dando prioridad a las cabeceras y a los nodos de conexión entre diferentes líneas, por la cantidad de pasajeros que circulan diariamente", añadieron.
La empresa también indicó que las mayorías de las líneas del subterráneo (la A fue inaugurada en 1913) fueron construidas en una época en la no se consideraban las políticas de accesibilidad y enumeró que hay casos como los subtes de Madrid, París y Nueva York que tienen índices similares o inferiores.
El antecedente del caso Ferreira Isabel
El 6 de febrero del año pasado la Sala III de la Cámara de Apelaciones resolvió una acción de amparo a favor de una usuaria del subte, Isabel Ferreira, que denunció las condiciones de accesibilidad de la línea A.
En esa resolución se obligó a Metrovías, entre otras cuestiones, a “garantizar como piso mínimo de funcionamiento de cada ascensor el 85% de las horas de servicio que le son establecidas por mes” y la fijación
de letreros en cada estación que indiquen si los medios de elevación no funcionan, los motivos y el plazo para arreglarlo.
Además exigió a la concesionaria y a Sbase a que presenten un plan para que al menos una puerta en un vagón de cada formación puedan ser accesibles para personas en sillas de ruedas y que sea identificable cuál es esa puerta de salida.
Foto: Télam
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