Portada  |  27 octubre 2021

El "hombre gato" sufre parafrenia y vive en "su mundo gatuno", según perito que lo entrevistó

El psiquiatra forense Mariano Castex, uno de los peritos que lo examinó a pedido de la defensa, dictaminó que el ciudadano israelí acusado de asesinar a su madre y su tía padece parafrenia. En 2019 lo entrevistó durante casi dos horas. "Es un demente. No comprende sus actos", determina el perito.

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La parafrenia es un delirio crónico, que puede o no acompañarse de alucinaciones, de aparición normalmente tardía y cuyo curso, a diferencia de lo que sucede en la esquizofrenia, aunque crónico no suele conllevar el defecto característico de ésta.

"Gilad Gill Pereg me contó que los monstruos lo asedian de noche", contó este miércoles al mediodía en El Noticiero de la Gente el psiquiatra forense Mariano Castex, quien en 2019 lo entrevistó a pedido de la defensa a lo largo de una hora 55 minutos.

"Es muy difícil que simule. Se supone que este hombre está con medicación psiquiátrica muy fuerte. Y la simulación no puede sostenerse en el tiempo tal como lo hace este hombre", explicó el Dr. Castex por Telefe.

"Desde mi profesión, opino que es un demente. No comprende sus actos", aseguró Castex.

Salud mental y conducta penal

Al menos seis casos como éste fueron analizados por la Universidad de Harvard (hombres que se creían monos, chanchos, lobos y perros) y Sigmund Freud se refirió en su libro "Tótem y Tabú" al niño que se creía gallo. Otro caso mencionado es el del hombre que se creía perra y fue internado en el Borda.

"Que lo lleven a juicio porque creen que simula la locura es un despropósito. Es inimputable de acá a la China. Nadie escuchó las amenazas, las estafas, las persecuciones que dice haber sufrido. El tenía mucho dinero y lo prestaba, pero casi nunca se lo devolvían. Nadie puso su tiempo a merced de escucharlo y analizarlo. Como buen loco, lo han perseguido. Y su locura no es contada, es vivida", dijo Castex. En su larga experiencia tiene un caso similar: el hombre que mató a su mujer y se creía Poseidón. Se la pasaba en la pileta o en la bañera de su casa.

¿Cómo llegó Pereg a esa locura? ¿Qué hay detrás de ese extraño hombre al que la ciencia define como protagonista de un caso único en la historia criminal argentina?

El frío relato policial refiere que Gil Pereg fue detenido el 25 de enero de 2019 en su casa de Guaymallén, Mendoza, a 1100 kilómetros de Buenos Aires. Vivía solo en un predio de dos manzanas junto a 37 gatos.

Un día después, la Policía mendocina encontró enterrados en su casa los cuerpos de su madre Pyrhia Saroussy, 63 años, estrangulada, y su tía Lily Pereg, de 54, asesinada de tres tiros. Habían ido a visitarlo el 11 de enero. Su madre desde Israel y su tía desde Australia, donde era una respetada profesora de biología celular y molecular de la Universidad de New England. No está claro el motivo del viaje, pero los investigadores creen que sus familiares estaban al tanto del modo de vida de Gilad y pretendían internarlo o que regresara a su país.

Durante las dos semanas de búsqueda de las mujeres, Pereg hizo la denuncia ante la Policía por las desapariciones y hasta les pidió a los camarógrafos y a los periodistas que lo acompañaran a la villa situada a la vuelta de su casa. “Ahí viven los ladrones que las secuestraron”, dijo mientras señalaba una casa.

“Acá hay mucha inseguridad, se las llevaron. O tal vez fueron espías del Mossad o los ladrones del barrio, me quiero ir de este lugar. Pongo en venta mi casa, los interesados saben cómo contactarme”, dijo ante las cámaras el hombre desgarbado, de un metro noventa, rapado (a un vecino le dijo que se había cortado el cabello porque venía de visita su madre), con cara angulosa y que siempre vestía con una remera sucia y vieja, bermudas y unas sandalias.

Pereg tenía 40 armas registradas a su nombre, pero sólo aparecieron dos.

“El Dr. Mariano Castex, nuestro perito de parte, habla de delirio perfecto. Sus razonamientos no son absurdos prima facie, sin embargo apenas ahondamos en el análisis surge lo bizarro, surge la locura”, dijo Maximiliano Legrand, su abogado, en declaraciones a la prensa.

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