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Estas son las neuronas que hacen que los hombres piensen en sexo
Con sus 302 neuronas, el gusano transparente Caenorhabditis elegans, de apenas un milímetro de longitud, ha hecho muchas aportaciones al estudio del cerebro, en especial sobre la memoria, o el envejecimiento. No en vano fue laureado con el Nobel de Medicina en 2002. Bueno, en realidad el premio fue para Sydney Grener, su mentor, un científico sudafricano que introdujo a su elegante “pupilo” en el laboratorio y le consolidó como un modelo animal de primera línea. Y es que, pese al salto evolutivo, compartimos muchos procesos básicos.
Y ahora este pequeño nemátodo se apunta un nuevo tanto. Resulta que acaban de descubrir que los machos “elegantes” tienen dos neuronas exclusivas hasta ahora nunca vistas, que aparecen durante la maduración sexual y modifican el cerebro para que el sexo se convierta en una prioridad para ellos. El hallazgo se acaba de publicar en la revista Nature.
Y curiosamente esas neuronas, que nacen de forma tan atípica en la “adolescencia” del gusano, se integran en su red neuronal y logran cambiar su comportamiento. Su presencia hace que el orden de prioridades de este invertebrado cambie. Y encontrar comida pasa a un segundo plano, o incluso se desprecia, cuando se trata de encontrar pareja. Además esas “misteriosas células masculinas”, como las han llamado sus descubridores, permiten recordar a la perfección qué ocasiones son propicias para un encuentro sexual.
Para contextualizar el hallazgo, hay que explicar que los gusanos aprenden enseguida a evitar las zonas con altas concentraciones de sal, como un indicador de la ausencia de alimento. Tanto los machos como los hermafroditas (hembras) aprenden a evitar la sal. Sin embargo, cuando los machos están en un ambiente muy salado en el que hay parejas sexuales, se olvidan de que allí van a pasar hambre, y sólo tienen en mente la alta posibilidad de que se produzca un encuentro sexual. Resumiendo, que en los machos de elegans la asociación sal-sexo era muy fuerte y pasan por alto que no hay comida y se pueden morir de hambre.
Esta preferencia ciega por el sexo no se produce en los hermafroditas. Y tampoco en los machos a los que les quitaron las misteriosas neuronas masculinas, lo que demuestra que son esenciales para las diferencias en las preferencias entre machos y hermafroditas, o hembras modificadas.