Marcelo Munilla Lacasa, uno de los titulares de la fiscalía descentralizada de Pompeya y Parque Patricios, declaró este martes no estar sorprendido por la matanza de cuatro jóvenes en la villa 1-11-14, al sostener que en ese asentamiento se produce "un sinnúmero de muertes violentas".
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"No es la primera vez...el año pasado nosotros tuvimos casi enfrente (de la fiscalía) un episodio donde mataron a cinco personas", explicó el funcionario judicial y consideró que "es triste que esto suceda y por supuesto que nos conmueven las cosas que pasan".
Munilla Lacasa aseguró que desde la fiscalía "tenemos vinculación diaria, concreta, y constante" con las fuerzas de seguridad desplegadas en la villa que, según detalló, son efectivos de "la Prefectura, Gendarmería, Policía Federal y Policía Metropolitana".
También descartó referirse a si la matanza de los cuatro jóvenes guarda o no relación con una posible venganza entre narcotraficantes porque, sostuvo, "la fiscalía (de Pompeya y Parque Patricios) no tiene competencia federal, intervenimos en distritos ordinarios".
Aunque admitió que las muertes violentas en la 1-11-14 "muchas veces son las consecuencias desgraciadas del narcotráfico".
Ayer a la mañana aparecieron cuatro jóvenes paraguayos, tres de ellos hermanos, fueron asesinados de 34 balazos en una calle interna de la villa 1-11-14, en el barrio porteño del Bajo Flores, en un presunto ajuste de cuentas por drogas.
Fuentes policiales informaron a DyN que las víctimas fueron identificadas como Leticia, Hugo y Agustín Lezcano González, de 19, 30 y 24 años, respectivamente, con domicilio en General Rodríguez, y Fabio Basualdo Gómez Ruiz Díaz, de 21.
Las víctimas fueron halladas asesinadas en un coche Mercedes Benz 190 que estaba estacionado en una calle que separa las manzanas 9 y 26 del asentamiento, frente a la puerta 4 del predio del estadio de club San Lorenzo de Almagro, a la altura de avenida Perito Moreno al 2200 de esta capital.
Vecinos del barrio indicaron a la policía que se escucharon los 34 disparos seguidos, tipo ametralladora, y al salir a observar lo ocurrido vieron a dos jóvenes que abandonaban el lugar en una moto a alta velocidad.
Según las primeras averiguaciones, dos de las víctimas tendrían antecedentes por narcotráfico, por lo cual creen que el cuádruple homicidio fue un "ajuste de cuentas" por drogas.
En julio de 2013, en la misma villa se registró un quíntuple asesinato (tres paraguayos y dos argentinos) vinculado a una venganza entre bandas por un cargamento de marihuana que no llegó a destino.
En la zona es conocida la guerra entre la banda de "Los Paraguayos" y la del "Gauchito Gil", esta última integrada por mayoría de argentinos.
En febrero pasado, además, allí se registró un tiroteo que duró cuatro horas y terminó con dos muertos y un escándalo en el Hospital Piñero, adonde asistieron a los heridos y algunos de sus familiares amenazaron con armas al personal médico.
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