Portada  |  09 abril 2024

Hiperhidrosis: qué desodorantes elegir cuando el calor no afloja

La sudoración excesiva es una afección que impacta en la vida cotidiana del 3% de la población mundial y se exacerba por las altas temperaturas. Ciertos desodorantes mal aplicados pueden causar irritaciones, hongos y lesiones. Dermatólogos del Hospital de Clínicas de la UBA hablan sobre tratamientos para controlar la hiperhidrosis y elegir el mejor desodorante

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“La hiperhidrosis o sudoración excesiva es una entidad que no discrimina por sexo ni etnia. Está relacionada con una sobreestimulación de las glándulas ecrinas, que representan la mayoría de las glándulas sudoríparas. Aunque con frecuencia está inducida por el estrés emocional, suele producirse en forma espontánea e intermitente y en verano se acentúa por el calor. Diversos estímulos desproporcionados elevan el nivel de secreción de sudor. Esto puede darse por infecciones, alteraciones del sistema endócrino como hipertiroidismo y diabetes como por otras causas, por lo cual se recomienda hacer una consulta con un dermatólogo para conocer cómo se origina”, explica Dra. Myriam Dahbar, dermatóloga del Hospital de Clínicas de la UBA, MN 91.578.

La hiperhidrosis puede influir negativamente en la calidad de vida de las personas debido a que tiene un impacto social y emocional. “Genera incomodidad y vergüenza en situaciones cotidianas, como por ejemplo, dar la mano. Puede hasta limitar la elección de las actividades deportivas, las opciones recreativas y de ocio. En el trabajo, afecta la comodidad y la interacción con colegas. Inclusive puede interferir en la concentración en las tareas laborales por estar constantemente preocupado por la sudoración. También se torna un desafío la elección de la vestimenta, más cuando se tiene sudoración a nivel de las axilas. Por otra parte, puede producir problemas de sueño porque da incomodidad al dormir con la sensación constante de humedad o mojar la ropa de cama. A escala física, puede generar problemas de piel por la persistencia de la humedad, predisponer a problemas dermatológicos como infecciones por hongos o irritación cutánea”, sostiene Dahbar.  

Las glándulas ecrinas son reguladas por el neurotransmisor acetilcolina e inhibidas por la atropina o sustancias similares. Cuando la hiperhidrosis es generalizada, es decir, afecta la mayor parte de la superficie corporal, se pueden usar medicamentos anticolinérgicos sistémicos, que intervienen en el impulso nervioso; como bromuro de glicopirrolato, un tratamiento tópico que se aplica cada 24 horas, o la oxibutinina. “Esta se suele indicar cada 8 horas, si bien se evalúa cuál es la tolerancia de cada paciente al tratamiento”, aclara la médica. 

Otros tratamientos abarcan la toxina botulínica, sustancia que se inyecta, inhibe la liberación de acetilcolina interrumpiendo la producción del sudor y entre los 2 a 4 días de empezado el tratamiento empieza a aminorarlos síntomas; la iontoforesis, un procedimiento transcutáneo que consiste en el paso de corriente eléctrica a través de la piel y produce un reposo temporal de las glándulas sudoríparas; y, en algunos casos, cirugía. El sudor secretado por las glándulas ecrinas de las extremidades superiores se produce a través de la inervación simpática. Como tratamiento quirúrgico, se hace la simpatectomía torácica endoscópica bilateral, que interrumpe la cadena simpática. Cuando la sudoración excesiva está localizada sobre todo en las axilas, se usan desodorantes antitranspirantes, que tienen cloruro de aluminio. Esta sustancia obstruye los poros de las glándulas sudoríparas y ocasiona una atrofia de las células secretoras.

Desodorantes

En el verano, con el incremento de las horas de sol y las altas temperaturas, solemos utilizar más medidas para controlar la transpiración y el mal olor en la rutina diaria. Pero ¿qué pasa cuando las diferencias entre estos productos no están claras y la mala utilización de los mismos generan daños en la piel? Ariel Sehtman, de la División Dermatología del Clínicas brinda precisiones respecto de estos productos, modo de utilización y lesiones frecuentes. 

“Lo primero que tenemos que tener en cuenta es la distinción entre desodorantes y antitranspirantes: mientras el desodorante busca reducir el ritmo de transpiración y suele contener fragancias que proporcionan aromas agradables, el antitranspirante va un paso más allá al controlar la cantidad de sudor”, define Sehtman.

La eficacia de los antitranspirantes está directamente relacionada a la causa del exceso de transpiración. “Muchas veces se la asocia a problemas emocionales o nerviosos que pueden requerir evaluación profesional. Por otra parte, la calidad del desodorante no solo está relacionada con su componente principal, sino también con los excipientes que lo acompañan. En ambos casos la aplicación adecuada es clave; es esencial asegurarse de que la axila esté seca para evitar irritaciones”, recomienda el especialista.

Una de las principales causas de las lesiones está directamente relacionada a la falta de información sobre el producto que compramos, por lo que la lectura de los ingredientes resulta clave: “Buscar desodorantes con pH cercano al de la piel (alrededor de 5.5) para minimizar irritaciones. Evitar componentes como el hexafluoruro aluminio, y ser conscientes de probables alergias que podamos tener a fragancias, alcoholes u otros químicos presentes en los productos” señala el dermatólogo.

En esa línea, para minimizar las lesiones causadas, el especialista recomienda evitar la aplicación inmediata después de rasurarse, mantener la piel seca y consultar con un dermatólogo en caso de irritación. Las presentaciones en barra suelen ser menos propensas a irritar debido a su mayor contenido de grasa, pero advierte que la utilización en exceso puede tapar los poros de la piel y trae complicaciones. 

En aquellos casos donde se vea la piel irritada Sehtman recomienda suspender la aplicación y mantener la axila seca. Por otra parte, la elección de la ropa influye en la irritación. Optar por telas de algodón y evita prendas ajustadas. En verano, la actividad física intensa y la exposición al sol aumentan el riesgo de irritaciones, por lo que se recomienda una mayor precaución. Respecto a qué hacer en estos casos el especialista recomienda consultar a un dermatólogo para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado. Se suele recomendar un cambio de desodorante si la irritación persiste.

“Un mito muy frecuente es respecto a cual desodorantes es mejor, si el del hombre o la mujer: Aunque las presentaciones varían, la composición suele ser similar entre desodorantes, las diferencias se centran más en aspectos de marketing y presentación que en la fórmula en sí” sostiene el especialista. 

Pauta para una eficiente aplicación:

  • Utilizar una distancia de 10 a 15 centímetros al aplicar aerosoles para evitar irritaciones.

  • El tiempo de aplicación del aerosol no debe ser superior a los 3 segundos

  • La barra permite una distribución uniforme, especialmente aquellas que se giran en la base.

  • En caso de aplicar barras o cremas, hacerlo conciencia ya que el exceso tapa las vías de sudoración

  • Evita aplicar desodorante mientras estás en movimiento, recién rasurado o con alguna mínima irritación y asegúrate de tener la axila seca.

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