"Te juro que no le deseo a nadie ver lo que yo vi en el cuerpo de Fernando, ni un cazador para un animal", dijo quebrado Rossi, quien recordó que ese verano él había ido a vacacionar a Pinamar y se trasladó a Villa Gesell cuando recibió un llamado de su hija, Julieta, la entonces novia de Fernando.
"Papá venite, yo estoy en la Comisaría y Fernando en el hospital", recordó que le dijo la joven, mientras que acerca de Julieta, dijo que no está en condiciones de declarar y "afrontar" este juicio y que está bajo tratamiento psicológico.
Rossi señaló que Fernando era un "ser humano increíble, extraordinario y muy bueno" y describió también que se encontró a los padres del joven ese 19 de enero del 2020 en la morgue para reconocer el cuerpo.
Además, indicó que la entonces fiscal de instrucción Verónica Zamboni, a cargo entonces del caso, le explicó lo que había ocurrido y que a su hija le pidió una prenda que ella tenía en sus manos y que, momentos antes, había llevado puesta Fernando Báez Sosa, para los estudios de ADN.
Esa fue una prueba clave, pues el cotejo de los rastros genéticos de esa prenda luego se hizo con otras que pertenecían a los rugbiers implicados.
Tras el testimonio del hombre, los jueces tienen previsto inicial con la ronda de amigos de Fernando que se hallaban con él la noche del crimen, cinco de los cuales también fueron atacados por los rugbiers.
Se trata de Ignacio Vaudagna, Juan Manuel Pereyra Rozas, Juan Bautista Besuzzo, Lucas Begide y Tomás Agustín D ´Alessandro, por cuyas lesiones los rugbiers están también imputados.
El testimonio del padre de Julieta fue escuchado por los padres de la víctima, Graciela Sosa Osorio y Silvino Báez, quienes se encuentran en la sala de audiencias de los tribunales de Dolores, luego de que ayer declararan como testigos.
También, al igual que ayer, están en el recinto los ocho imputados: Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23).
Ayer, en la primera jornada del debate oral y luego de que las partes de proceso expusieron sus lineamientos, la mamá de Fernando fue la primera testigo en declarar y brindó un conmovedor relato de lo ocurrido y de cómo lleva adelante actualmente su vida sin su hijo.
"Soy una mujer acabada", expresó, tras lo cual se pre preguntó: "¿con qué derecho (los imputados) le arrebataron la vida" a Fernando.
Y luego, a la salida del recinto, aseguró a la prensa que sintió que los ocho imputados que presenciaron su testimonio no están arrepentidos.
"Sentí como madre que no estaban arrepentidos. No los veo arrepentidos", expresó.
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