Mariel es la mamá de Brian Batalla Verna, el joven que el pasado lunes fue ultimado a balazos por su propio abuelo, Domingo Faustino Verna (76), en el frente de su domicilio ubicado en calle Cobián 654.
Sus palabras denotan dolor, un profundo pesar y una sensación que expresó a los medios presentes en su vivienda del barrio Bahía Blanca: “Yo sé que la decisión de lo que pasó de mi padre fue premeditada. Cerró el portón, fue a buscar el arma y le dijo a mi mamá que cierre la puerta. Ahí pasó todo y yo lo vi, nadie me lo transmitió”, señaló.
El autor de los disparos fue liberado ayer “por su avanzada edad y la calificación del delito”, luego de negarse a declarar ante el fiscal Jorge Viego. Si bien la investigación continúa, con las imágenes de lo sucedido que captaron las cámaras de seguridad del inmueble, para la Justicia podría considerarse de un exceso de legítima defensa.
La mujer explicó que el joven asesinado padecía desde muy temprana edad de trastornos de personalidad y conducta.
“Brian es mi vida, a pesar de tener sus problemitas nerviosos que son desde los 6 años y ha estado atendido con neurólogo en Buenos Aires, fue atendido también en la adolescencia. La vida de mi hijo no me la van a devolver, pero el siempre fue tratado y tiene que estar medicado psicológica y psiquiátricamente”.
Mariel mencionó que mientras estuvo bajo su tutela, lo medicaba, hacía guardias y “no podía dejarlo solo”.
“Yo me mudé hasta acá y mis padres le retiraron la medicación porque, según ellos, no la requería. La culpa de que mi hijo sea así era toda mía. Siempre me culparon por eso y ellos nunca asumieron que estaba enfermo mentalmente”, aseveró.
En este marco, la mamá de Brian reconoció que era una lucha constante para que tomara la medicación dado a que se negaba a hacerlo y, en su condición de mayor de edad, no podían obligarlo a tratarse.
“Yo quiero decir la verdad y lo voy a defender a mi hijo porque no era una mala persona. Tenía un corazón noble y con su problema de conducta, yo lo traté y en ningún momento lo abandoné. En momento que tuvo periodos críticos, he llamado al 911 porque yo me tenía que defender también”, dijo.
Y agregó: “Brian era acosado por su abuelo, lo digo con plena seguridad. El jueves lo viví. El lunes fue la tercera vez de que el estaba esperando a través de las cámaras para atacarlo, para reclamarlo vaya a saber qué dinero que desconozco que le debe. Era todo masoquismo y masoquismo de ‘me debés la plata’ y con intereses”.
En tal sentido, Mariel, aunque consideró que el desenlace fatal “podría haberse evitado, también aseguró que Domingo Verna “tenía en su cabeza pegarle” a su hijo. Desde su visión, el homicidio “fue premeditado”.
“El viernes cuando venía de traer sus fotocopias. Estaba trabajando en la parte de Parques de la Municipalidad y se estaba encaminando para lograr tener un trabajo digno. Trabajaba en la plaza de la sociedad de fomento, pero él pidió cambio de parque para trabajar y el jefe no lo permitió porque mi padre intervino, para qué para que él lo obligue y esté bajo sus órdenes”, describió.
Y continuó: “Mi padre no me dijo una palabra. Yo con mis propios ojos escuché como a quemarropa le tiró los tiros. La novia lo agarró para que no vaya, se desató, la arrastró. Dejó la bicicleta clavada en el patio mi hijo, se autoagredió para no pegarle a mi padre”.
Mariel indicó que su papá tenía al joven de empleado en la sociedad de fomento del Rosendo López y, en medio de ese vínculo, “todo el tiempo estaba humillándolo”.
En la misma línea, calificó a Domingo Verna de una persona “muy manipuladora” y de quien entiende que “necesita una atención psicológica y psiquiátrica.
“Siempre fue violento e imponente y aplicando su profesión contra todo, en la vida diaria y en la familia. Hoy la familia está desunida”, sentenció.
La madre del joven ultimado mencionó que la novia de su hijo ya había presentado una denuncia contra su papá.
“Yo no me trataba ni con él ni con mi madre. Siempre su concepto que la culpabilidad de lo que ocurría con mi hijo era mía”, cerró.
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