Es un típico caso de síndrome de Estocolmo. Gabriela Oliveto, la mujer que había sido secuestrada el pasado lunes en la localidad cordobesa de Leones, y que fue liberada un día después en Pilar, provincia de Buenos Aires, aseguró que sus captores “no eran malas personas”.
La mujer escribió en su cuenta de Facebook. “Todos somos personas valiosas, quién sabe qué mecanismos tiene la mente para que actuemos de tal u otra manera”.
“Pude hablar con ellos de sentimientos, de pintura, de historia, de valores, de lo que significa tener una vida por delante hermosa, para no perdérsela por nada, de todo lo que aún tenían para disfrutar, de la libertad y los seres queridos, del peso que tienen en nuestras vidas los abrazos”, continuó.
En el cierre de sus palabras, Oliveto manifestó: “Estoy segura que así lo vieron. Me pidieron disculpas. Está todo dicho”.
La mujer había sido capturada cuando descansaba junto a su pareja, Javier Francucci (48), empresario de una firma de reparación de camiones de Leones llamada “Servicio Mecánico Diesel SRL”, quien realizó la denuncia policial en la misma madrugada del lunes 31 de octubre pasado.
El martes 1 de este mes, Oliveto fue liberada por sus captores y asistida por vecinos luego de haber permanecido detrás de un camión viejo en la localidad bonaerense de Pilar, atada a un barral y vestida con un camisón, de la misma manera que cuando fue secuestrada.
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